domingo, 30 de octubre de 2016

El Estado no requiere de revolucionarios

El Estado no requiere de revolucionarios


Raúl Prada Alcoreza


El Estado no requiere de revolucionarios.pdf








Para decirlo fácilmente, los revolucionarios combaten contra el Estado, aunque unos crean que combaten contra una forma de Estado; de acuerdo al lenguaje marxista militante,  combaten al Estado de la dictadura de la burguesía, para sustituirlo por la dictadura del proletariado, que corresponde al Estado en transición al socialismo. Sin embargo, la experiencia social política nos ha mostrado que no se puede luchar contra la explotación capitalista, menos desmontar su modo de producción, desde la otra cara del Capital, que es el Estado. Dejando esta aclaración, incluso retomando esa creencia de que se lucha contra una forma de Estado y no contra el Estado como estructura histórica de dominación, el revolucionario combate contra el Estado, en las condiciones singulares del periodo y del contexto donde se efectúa esta lucha. Cuando logra derribar al gobierno burgués y tomar el cielo por asalto, cuando llega al poder, el revolucionario está demás. Pues, en esas condiciones de posibilidad histórica, las que le otorga la toma del poder, lo que hay que hacer es defender el Estado socialista contra las amenazas imperialistas y de la “conspiración conservadora”, de la oligarquía y burguesía nacional, que se niegan a perder sus propiedades y dominios. Se necesita hacer marchar los aparatos de Estado, hacer que la máquina de poder funcione.   

Los revolucionarios están demás porque no se necesita deconstruir nada, ni demoler nada, ni destruir el Estado. Se necesita de funcionarios leales, de una burocracia rutinaria y confiable; en lo que respecta a la defensa de la “revolución” en el poder, no se necesitan revolucionarios sino policías, que obedezcan ordenes, que repriman y vigilen a toda organización, colectivo, movimiento e individuos sospechosos. Esta es una de las razones por las que los revolucionarios desaparecen del Estado “revolucionario”; este almatroste se llena de antiguos funcionarios civiles y policiales, también militares. Al haber pertenecido a la maquinaria del Estado, saben hacerlo funcionar; al haber participado en la vigilancia y la mantención del orden, el haber incursionado en acciones punitivas contra movimientos sociales, les da el curriculum vitae para cumplir funciones en el nuevo Estado.

En lo que respecta a los movimientos sociales, a la sociedad insurgente, son, poco  a poco retirados, pues tampoco se requiere de ellos; ahora es su gobierno el que gobierna, ahora es su Estado el régimen político. Poco a poco la composición del sujeto social cambia; los insurrectos son aislados; en vez de ellos se incorporan gente que siempre, en todo gobierno, sea del color que sea, apoya al poder. Son los fieles creyentes del poder. No es extraño, que perfiles sociales que apoyaron a las dictaduras militares, después a los gobiernos neoliberales, aparezcan, de nuevo, apoyando al “gobierno revolucionario” y al nuevo Estado. De estos escenarios políticos conquistados han desaparecido los revolucionarios y la sociedad insurrecta.

Lo expuesto, ciertamente es una descripción muy sucinta y esquemática; sólo se quiere reunir los rasgos generales, reiterados, en distintos periodos y en distintos contextos. Lo que queremos decir es que este derrotero dramático se ha repetido una y otra vez, después de las llamadas revoluciones. Se trata pues de una regularidad histórico-política. No hay porque volverse a sorprender ahora, con el decurso seguido por los “gobiernos progresistas”, que vistos, desde la perspectiva histórico-política, no son revolucionarios como lo fueron los gobiernos emergidos de las revoluciones socialistas, sino reformistas. En todo caso, gobiernos socialistas y “gobiernos progresistas” sufren del mismo decurso de regresión política.

Si quedaron algunos “revolucionarios” en estos “gobiernos progresistas”, en el Estado tomado, es porque se asimilaron al común denominador de los funcionarios y de la burocracia. Son unos más de ellos; su pasado revolucionario ha quedado en las fotografías. Esta presencia simbólica de los ex-revolucionarios, para decirlo de esa forma, lo que hace es legitimar al gobierno y al Estado vigente, que se apresura a hacer funcionar la máquina del poder; además de confirmar el proceso irreversible de decadencia.

Dadas estas circunstancias, que pueden ser calificadas como las del eterno retorno del Estado y de las órbitas del círculo vicioso del poder, no debería sorprender que los voceros del “gobierno progresista” se desgañiten culpando a la “conspiración” de la “derecha” y del “imperialismo” de los fracasos sociales, económicos y políticos del “gobierno revolucionario”. Tampoco debería sorprendernos que los gobernantes, que se consideran “revolucionarios”, por lo menos lo dicen a voz en cuello, empleen los mismos procedimientos políticos y policiales que los gobiernos que señalan como enemigos del pueblo y de la nación. De la misma manera, no debería sorprender que los voceros gubernamentales sean declarados defensores del progreso, del desarrollo y de la modernidad, como lo eran antes los gobiernos neoliberales; antes, los gobiernos nacionalistas y anteriormente los gobiernos liberales. Es esto lo que comparten todos estos gobiernos; comenzando por el “gobierno progresista”, siguiendo con los gobiernos neoliberales, continuando con los gobiernos nacionalistas y los gobiernos liberales. Comparten el mismo paradigma históricolinealista y evolucionista, aunque se distingan sus menudas interpretaciones y en sus discursos.

El Estado no requiere de revolucionarios y el gobierno no los necesita. Si los medios de comunicación oficiales, incluso los no oficiales, a veces por razones distintas, se desgañitan por mostrar a los gobernantes, a los representantes oficialistas, a los congresistas de mayoría, a los jueces y magistrados, incluso a oficiales policías y militares, como “revolucionarios”, es porque es el único medio donde puede aparecer, por lo menos, la imagen estereotipada del “revolucionario” de dibujos animados.

No vamos a entrar a lo que los descalifica de entrada, a estos pretendidos “revolucionarios” en el poder, que tiene que ver con la compulsión por la vieja práctica compañera del poder, la corrupción; sugestivamente extendida e intensificada por gobiernos populares y de “izquierda”. Hemos tratado sobre estos tópicos en otros escritos[1]. Dejando de lado esta evidente práctica gubernamental, estatal e institucionalizada; solamente manteniéndonos en las descripciones generales del proceso de regresión de los gobiernos que emergieron en sublevaciones y movilizaciones sociales, podemos interpretar estas regularidades políticas, buscando configurar explicaciones integrales, aunque sea de manera hipotética.






Laberinto político

1.   Las dinámicas moleculares y molares del sistema-mundo moderno se encuentran en la economía política generalizada, que es una constelación de economías políticas, articuladas e integradas, que hacen a lo que se definió y configuró conceptualmente como sistema-mundo capitalista[2]. Estas dinámicas son efectivas relaciones de poder, efectivas prácticas de dominación; actúan directamente sobre los cuerpos, sobre los territorios, sobre la vida. No solamente inscribiendo historias políticas, no solamente hendiendo en sus espesores estructuras de dominación, que se adhieren a los cuerpos como subjetividades, sino ocasionando el efecto esperado de la economía política; separar de lo concreto lo abstracto, para valorizar lo abstracto y desvalorizar lo concreto.

2.   Es en el contexto extendido de estas separaciones donde emerge la dominación como genealogía del poder. Los cuerpos, los territorios, las formas de vida, son capturadas, aunque en parte, en las redes lanzadas por las mallas institucionales. Los cuerpos son inducidos a atender no sus cuerpos sino, mas bien, los fetichismos institucionalizados, ya sea culturalmente, ya sea económicamente, ya sea políticamente; en términos amplios, ya sea ideológicamente. La realidad definida y mostrada por el poder es esta realidad reducida a proliferación de fetichismos, que sustituyen a las dinámicas concretas de la vida. Entonces, la economía política generalizada corresponde al magnífico despliegue histórico y mundial realizado por dispositivos institucionales de la homogeneización axiomática. Dispositivos que pueden considerarse como máquinas de colonización de la biodiversidad, de sus ecosistemas, de sus sociedades orgánicas.  Plataformas que se adelantan como organizaciones operativas, como cumpliendo el papel arquitectónico y de albañiles en la fabulosa edificación de la economía política generalizada.

3.   Aparecen primero formas aisladas de economía política, que solo muestran también su proyección aislada. Por ejemplo, la economía política religiosa, que separa espíritu del cuerpovalorizando el espíritu y descalificando el cuerpo; mostrando su proyección salvadora de los espíritus, presos por cuerpos pecadores. Poco a poco va armándose la economía política patriarcal, que otorga el símbolo de la unidad familiar, comunal y social, al patriarca; separando este símbolo paternal de las concretas y efectivas dinámicas familiares, comunales y sociales; separando el símbolo patriarcal de la pluralidad familiar, comunal y social. La unidad abstracta se opone a la dispersión concreta. El símbolo, que corresponde a la simbolización del concepto filosófico de unidad, se convierte en símbolo sagrado, pues repite en la finitud mortal la unidad cósmica o de la creación, que es Dios, el concepto supremo teológico. Sin embargo, la economía política patriarcal va a tardar en conformarse; se requiere resolver otros problemas concomitantes. Es con la emergencia del capitalismo que la economía política patriarcal termina de conformarse y de consolidarse. 

La misma emergencia del capitalismo, en tanto economía política restringida a la economía, se topa con los mismos problemas que la economía política patriarcal. En este decurso a la unidad absoluta, a la homogeneización, al mando central y a la administración nuclear, que es el Estado moderno, se requiere demarcar los roles de género. La economía política de género, que separa hombre de mujer, definiendo roles claramente demarcados para el hombre y la mujer, valoriza al hombre como ideal civilizatorio, desvalorizando a la mujer, más cerca del cuerpo y la reproducción de la vida. La conformación de esta economía política de género ha sido lograda violentamente, como consecuencia de la victoria del poder emergente en la guerra prolongada contra las mujeres; una guerra que, en principio, duro los tres siglos, el largo lapso de persecución a las brujas. Sintomáticamente tres economías políticas se benefician con la conformación de esta economía política de género; la economía política religiosa, la economía política patriarcal y la economía política restringida a la economía.

Solo citando estas cuatro economías políticas, que se dieron como acontecimientos históricos, se observa que no solo se benefician mutuamente, sino que se articulan y se integran, constituyéndose en el substrato histórico-social-cultural-económico-político de lo que va a ser el sistema-mundo capitalista.

4.   El sistema-mundo capitalista no puede constituirse, instituirse, edificarse, sino es mundo. La economía política que hace que esto ocurra es la economía política colonial.  Economía política que separa hombre blanco de hombre de color; valorizando al hombre blanco como ideal de la civilización, descalificando al hombre de color como incivilizado, bárbaro, hasta salvaje. La economía política  colonial es el tejido que cohesiona, articula e integra a todas las economías políticas. Las hace funcionar como civilización mundial; en otras palabras, como sistema-mundo.

5.   La economía política colonial tiene una relación estrecha con la economía política de género y la economía política patriarcal. Al coaligarse estas economías políticas no solamente se descalifica al hombre de color sino también se lo feminiza, haciendo del hombre blanco el ideal masculino. El colonizador se presenta como el padre civilizador, el padre educador, que, en la figura concreta de la colonización española, es, primero, el encomendero.


6.    Se puede hablar de la economía política del Estado, que separa Estado de sociedad; valorizando el Estado como sociedad políticasíntesis de la sociedad, a la que se la presenta como pluralidad ingobernable. Otra vez, lo abstracto es valorizado, desvalorizándose lo concreto, la sociedad, la que efectivamente construye el Estado, lo edifica y lo reproduce todos los días. El fetichismo estatal es parte de los fetichismos institucionales, que separan institución de las relaciones, prácticas, circulaciones, concretas y múltiples, que realizan los individuos, los grupos, los colectivos, dando vida a este vampiro, que, en verdad, no existe, el Estado, salvo en la ideología.

7.    El Estado como macro-institución ha sido sacralizado.  Siendo una institución más; es más, siendo una institucionalidad sostenida por las mallas institucionales tanto políticas como civiles, es presentado como la institución por excelencia; la que norma, garantiza el cumplimiento de la ley; la que ordena, mantiene el orden; la que distribuye la riqueza nacional, la que entrega tierras; incluso la que se encuentra por encima de la lucha de clases.  El Estado como símbolo y signo político del imaginario moderno es el lugar preciado y deseado donde se reúnen, mezclan, se articulan y sintetizan todos los fetichismos del poder.


8.   Antes dijimos que el Estado es la otra cara del Capital. Seguimos compartiendo esta tesis; sin embargo, es más complejo que eso. El Estado es la otra cara de todas formas de dominación, que adquieren, como el Capital, un nombre propio. En este sentido es iluso, como dijimos, pretender liberarse de la explotación del capital recurriendo a su otra cara, el Estado. De la misma manera, es iluso pretender emanciparse y liberarse de las otras formas de dominación recurriendo al Estado. La otra cara de todas las dominaciones no puede abolir las mismas, pues si lo hiciera, desaparecería el Estado.

9.   Las revoluciones socialistas fueron, por parte de las multitudes, del proletariado, los campesinos y lo nacional-popular, durante el siglo XX, las apuestas heroicas por transformar el mundo de las dominaciones polimorfas. Mundo concebido, en ese entonces, desde la restrictiva figura estructural del modo de producción capitalista.  Empero, también fueron las apuestas políticas ilusorias de las llamadas vanguardias; que confiaron y creyeron con que al hacerse cargo del Estado, esta ocupación, incluso su destrucción parcial, acompañada por la reconstrucción de otro Estado, coadyuvaría a la transición al socialismo. Las revoluciones socialistas nacieron con su derrota casada, al recurrir al Estado; el querer o buscar adecuarlo como dictadura del proletariado, no arregla la situación. La dictadura del proletariado es un concepto teórico político, construido en el marco del esquematismo dualista; a la dictadura de la burguesía se le opone la dictadura del proletariado. Estos son ejercicios teóricos; que no tienen incidencia en la realidad, sinónimo de complejidad, pues el Estado no responde a la lógica sino al juego complejo de los múltiples planos y espesores de intensidad de la realidad integrados.

10.       Los “gobiernos progresistas” del siglo XXI son reformistas; están lejos de las pretensiones transformadoras de las revoluciones socialistas del siglo XX. Se reconoce en ellos no solamente el apoyo popular, que entrega sus expectativas a estos gobiernos, sino el haber emergido de movilizaciones populares. Este es el contenido histórico-político de partida; empero, la partida no define los procesos de cambio. El proceso político se encuentra dinamizado por distintos campos de fuerza, en los distintos planos de intensidad que abarca; las distintas correlaciones de fuerzas, en estos campos de fuerzas, dan direccionalidad al proceso, de acuerdo a las resultantes de las fuerzas concurrentes encontradas.  Los gobiernos reformistas se encuentran más expuestos a las contingencias políticas, en los escenarios definidos por el Estado-nación heredado; ni siquiera transformado, como en el caso de las revoluciones socialistas. En estas circunstancias y condicionamientos de la arquitectura estatal, no debería sorprender la llegada, más temprano o más tarde, de la crisis múltiple del Estado-nación; mostrando los límites infranqueables, en el intervalo del margen de maniobra aceptable. Los populistas están condenados a administrar la crisis múltiple del Estado, así como también los neoliberales; solo que lo hacen de distinta manera, con distintos discurso, distintas ideologías y distintos procedimientos.  Empero, ambos, como dice Víctor Álvarez, administran la economía extractivista y el Estado rentista a su modo, en los Estado-nación subalternos donde se dieron lugar los “gobiernos progresistas”.

11.       Otra condición de imposibilidad histórica, que expone más a los “gobiernos progresistas” y los hace más vulnerables, es lo que denominamos el conservadurismo acumulado de los “gobiernos progresistas”. A diferencia de los gobiernos de los Estado socialistas, que, por lo menos, en el primer periodo, despejaron conservadurismo ideológicos culturales, ateridos en los imaginarios sociales, mas bien, reúnen todos los conservadurismos ideológicos heredados; los mezclan, y pretenden convertir este coctel saturado en dispositivo barroco del cambio. Lo que a todas luces es una pretensión estrambótica. El simbolismo patriarcal es retomado en la figura crepuscular del caudillo; la proclama y convocatoria revolucionaria es convertida en una convocatoria mesiánica; el vanguardismo es reducido a la autoridad de un estamento de oficiales políticos, que tienen el mando de soldados, no de revolucionarios, que entre sus atributos se encuentra la crítica; la política económica soberana hacia la independencia es reducida a la expansión calamitosa del modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente; lo que podía haber sido, por lo menos, una figura modesta de Estado en transición es circunscrita a una versión compulsiva del Estado rentista.   



Leer más: http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/el-estado-no-requiere-de-revolucionarios/

Nathalie Cardone Et si je pars

Libre - Nathalie Cardone

sábado, 29 de octubre de 2016

Nathalie Cardone. Antonio.

Nathalie Cardone. Si se calla El Cantor

Nathalie Cardone - Baila Si

Nathalie Cardone - Baila Si

Che Guevara & John Lennon. Imagine ?

Che Guevara 'Chilling'

Ahmet Koc -- Hasta Siempre , A Song for Che Guevara

Jan Garbarek ~ Rites

Jan Garbarek - Hasta Siempre

Hasta Siempre el Comandante

La simetría de los opuestos

La simetría de los opuestos


Raúl Prada Alcoreza


La simetría de los opuestos.pdf








La simetría, palabra y concepto derivada del término griego que combina σύν, que significa con, y μέτρον, que significa medida. La simetría es una característica intrínseca de las estructuras geométricas; también de sistemas, así como de ecuaciones. Se puede incluir a objetos y materias, que manifiestan esta característica de simetría; lo mismo podemos decir de ciertas formas abstractas. Se habla de simetría cuando se reconoce la conservación de la estructura, de la forma y de las propiedades intrínsecas, que se han mantenido a pesar de las transformaciones acaecidas, movimientos sucedidos. En términos teóricos, se puede decir que se considera que un objeto es simétrico si, después de una operación efectuada, el objeto es idéntico del original. Se dice que dos objetos son simétricos cuando ambos tienen correspondencias operativas[1].

En lo que respecta a las formas de la política, por ejemplo, a los dualismos institucionalizados, podemos suponer, hipotéticamente, a modo de instrumento de análisisla simetría de los opuestos. ¿Cómo definir las propiedades y características de esta simetría política de los opuestos? Vamos a sugerir algunas hipótesis instrumentales para el análisis de estas simetrías políticas, que hemos denominado la paradoja de los enemigos.











Simetría política de la dualidad contrapuesta

1.   La simetría política de los opuestos se da en referencia al eje, donde giran; este eje es el poder.

2.   Cuando el giro se da como traslado de las ubicaciones y colocaciones, como si se diera un giro de 180 grados, y se preserva las propiedades y funciones intrínsecas, tanto de las formas política opuestas, así como de la dualidad en contraste misma, de tal manera que funciona complementariamente, se puede definir este comportamiento, esta preservación estructural como simetría política de los opuestos. Por ejemplo, cuando los que se encontraban como “oposición” o contrarios al gobierno o al régimen cuestionado, ocupan el lugar del gobierno e instauran otro régimen, conservan sus características intrínsecas propias, además de mantener la complementariedad disyuntiva en la dualidad opuesta, se puede tomar como prueba de simetría política de los opuestos.


3.   Se puede obtener el perfil teórico de cualquiera de las formas políticas opuestas, tomando la forma política de referencia opuesta, aplicando funciones adecuadas de inversión o de negación, de transformaciones discursivas o ideológicas. Se puede incluir también funciones de mutación o contraste de comportamientos. 

4.   Las formas aparentes de la política se presentan como opuestas y contrarias; sin embargo, las propiedades intrínsecas estructurales, son las mismas. Estas propiedades corresponden a las relaciones de estas formas políticas opuestas con el eje crucial del poder.


5.   Las formas políticas opuestas orbitan en el campo gravitatorio del poder. Se constituyen en este campo de poder; edifican sus estructuras y composiciones en este campo gravitatorio de poder, aprovechando su fuerza de atracción.

6.   Las propiedades y estructuras intrínsecas de estas formas políticas opuestas tienen que ver con las funciones que generan respecto al campo gravitatorio de poder. Adquieren su singularidad política en el juego de fuerzas desplegado en el campo de fuerzas concurrente, constituyendo su perfil político singular; además de organizarse sobre la base de las estructuras intrínsecas constituidas como retenciones particulares de la fuerza de atracción del poder. Se puede decir que las formas políticas opuestas condensan fuerzas de atracción del poder, en las dosis que pueden, que alcanza su organización y su convocatoria. Al ser condensaciones institucionales singulares de poder, en el campo gravitatorio de poder, sus propiedades y estructuras intrínsecas son similares, pues son precisamente conformaciones de estas condensaciones políticas.


7.   Las simetrías forman parte de la vida, de la proliferación vital en la biodiversidad. Hay variadas, plurales y múltiples formas de simetría, que han sido estudiadas por la bilogía, la física, las matemáticas; en esta última por la geometría. Las ciencias sociales y la filosofía moderna han descuidado o ignorado estas formas de simetría como características intrínsecas.  La simetría política de los opuestos es una de las formas de simetría en política, mucho más si hablamos de las formas de simetrías sociales.

8.   En lo que respecta a la simetría política de los opuestos, tenerla en cuenta, además de usarla como instrumento de análisis, puede ayudar a interpretar y comprender los comportamientos paradójicos de las organizaciones políticas, estén en el gobierno o no.


9.   Ocurre como si el eje crucial del poder, alrededor del cual giran las formas políticas opuestas, como si el campo gravitatorio del poder, indujera a funcionar dualmente como opuestoscontrarios y hasta antagónicos.

10.       Entonces, volvemos a una pregunta que parece no respondida, una vez que se acaba de responderla, considerando las investigaciones y teorías logradas. La pregunta es: ¿Qué es el poder, considerando su campo gravitatorio, que genera dualismos opuestos y complementarios?


En relación a esta pregunta, que adquiere nuevamente importancia, exigiendo otro enfoque para la respuesta, vamos a sugerir hipótesis interpretativas.


El poder como simetría de opuestos

1.   El poder es como un campo gravitatorio de fuerzas, que responde a la curvatura del tejido espacio-tiempocurvatura inducida por la presencia de masas molares, provocando hondonadas, que, a su vez, ocasionan que otras masas molares menores giren alrededor de la masa molar mayor. Tómese lo que se acaba de configurar como metáfora; lo que implica que no es lo mismo, sino una analogía con el fenómeno gravitatorio físico, que se manifiesta aparentemente como atracción, por así decirlo. Esta metáfora nos permite sugerir que el poder se realiza a partir de simetrías duales de opuestos. En otras palabras, funciona como dinámica de simetrías duales opuestas. Por ejemplo, las formas políticas de estas dualidades opuestas más conocidas se han expresado o denominado como dualidad de dominantes y dominados; otra forma de dualidad se ha nombrado como la de los gobernados y gobernantes. Quizás la dualidad nominada más elocuente de la política se ha definido como dualidad amigo/enemigo. Son algunas de las dualidades opuestas mencionadas en los discursos políticos y en las ideologías; no son las únicas. Hay una pluralidad de formas duales opuestas en el ejercicio del poder y en la efectuación de la política, en sentido restringido. Lo que importa remarcar es que el poder no puede funcionar sino a través de la complementariedad contradictoria de dualidades de opuestos.

2.   Ahora bien, esta dualidad de opuestos, que hacen a la simetría política, parece funcionar como dialéctica; se afirma la dualidad negándose los opuestos. En este sentido, podríamos decir que la filosofía que mejor expresa el deseo y la enunciación del poder es la dialéctica. Pero, vayamos despacio, Esto parece ocurrir; sin embargo, en realidad, la simetría es la que antelada y materialmente, si se quiere, mejor dicho, física y geométricamente,  ya integra como composición combinada a las denominadas formas políticas opuestas. Es decir, es en la simetría política donde se encuentra el secreto, por así decirlo, de la dinámica política del ejercicio del poder. La simetría no es dialéctica, sino, en todo caso, geométrica.


3.   En consecuencia, no hay afirmación ni negación, ni juego dialéctico entre negación y afirmación, sino simetríaequivalencia estructural y de las propiedades intrínsecas de las partes de la composición integral, que en este caso es el poder.

4.   Desde la perspectiva de la simetría, las formas políticas  opuestas no son opuestas, salvo aparentemente. No son formas opuestas, sino, más bien, simétricas.


5.   La misma forma de poder, de un lado, aparece como  otra forma de poder, del otro lado. Al ser de las mismas estructuras y de las mismas propiedades intrínsecas, al funcionar de la misma manera respecto al poder, al establecer una relación similar con el eje crucial del poder, sus estructuras y propiedades intrínsecas son parte de las estructuras estructurantes mismas del poder como campo gravitatorio.

6.   Ahora bien, el poder en tanto campo de gravitación de fuerzas sociales, como dinámica de simetrías políticas opuestas, es una construcción social e institucional. Es la construcción política efectuada por las sociedades institucionalizadas, las que constituyen e instituyen las formas singulares de poder en sus formaciones sociales. La simetría política de la que hablamos corresponde a las simetrías modeladas institucionalmente.


7.   ¿Qué relación hay entre estas simetrías sociales, construidas socialmente, y las simetrías vitales, las simetrías inherentes a la vida? Bueno, es un trascendental tema de investigación. Lo que se puede decir, por el momento, es que las simetrías constructos sociales no pueden sino recurrir a lo que hay materialmente y vitalmente como simetrías físicas y biológicas para elaborar, construir y edificar sus simetrías institucionales. La hipótesis que se puede sugerir, siguiendo las interpretaciones que ya expusimos en relación al biopoder[2], es que la simetría constructo social institucionalizada es ya una restricción de las simetrías vitales.

8.   Por lo tanto, se puede no solo explicar desde la perspectiva de la simetría política de los opuestos los paradójicos comportamientos políticos, sino también las crisis políticas, las crisis del poder.

  















[1] Bibliografía: Robert M. Wald: General relativity, Chicago University Press. Sánchez Bautista F., Sánchez Hernández S. Laura Texto y Prácticas de diseño, 2011. Ver Wikipedia, Enciclopedia Libre: https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Especial:Libro&bookcmd=download&collection_id=76fc967f7ac713f724fbfdd99ec17267adc5817c&writer=rdf2latex&return_to=Simetr%C3%ADa.


Leer más: http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/la-simetria-de-los-opuestos/

Lule Lule - Barcelona Gipsy balKan Orchestra

Cigani Ljubiat Pesnji - Barcelona Gipsy Klezmer Orchestra

Hasta Siempre, Comandante - Barcelona Gipsy Klezmer Orchestra

hasta siempre version gipsy

Hasta siempre Comandante

Hasta Siempre Comandante - Jahmila

Buena Vista Social Club - Hasta Siempre - Comandante Che Guevara

Comandante Che Guevara - Silvio Rodriguez

Nathalie Cardone Comandante Che Guevara Hasta Siempre

Hasta Siempre Comandante Che Guevara

jueves, 27 de octubre de 2016

Estinad@s amig@s de twiter:



Estinad@s amig@s de twiter:


Facebook me bloque mi cuenta https://www.facebook.com/raul.pradaalcoreza. No hay motivo para ello. Sintomáticamente me bloquearon tres veces, con el mensaje de que no se permite enviar desnudos. Cosa que obviamente no hago. Comparto ensayos, pinturas, poesías y música. Esto ocurrió cuando comencé a difundir análisis sobre Colombia. La tercera vez, a pesar de haber dicho que me suspendían por siete días, antes fue por un día, después tres días, no me devuelven hasta ahora mi cuenta, que llegaba a 5000 amistades. A veces parece que recupero, después, casi inmediatamente, de empezar a llenar otra vez las amistades, me vuelven a cortar. Este es el último mensaje que les mande a los administradores de Facebook:

¿Qué pasa? Me devuelven un rato mi cuenta, después, casi inmediatamente me vuelven a bloquear. ¿A qué están jugando? El servicio que dan no es gratis; ustedes usan el espectro electromagnético del planeta, que es bien común de todos los pueblos del mundo. No pagan nada por ello y encima cobran, además de hacer lo que les da la gana. Bloquear cuando censuran, cometiendo delitos contra los derechos de los ciudadanos y los usuario.

No sé qué va a pasar. Lamento que dependamos de estos cachafaces de dudosa filiación y lamento que los del software libre no hayan construido instrumentos y redes que podamos usar libremente, sin depender de estos cachafaces. En este sentido, teniendo en cuenta este panorama incierto, les pido lo siguiente:


Los que deseen y quieran voluntariamente hacerlo, ¿pueden difundir algunos archivos, los que gusten, en los muros de su Facebook, si es que lo tienen, y otras telarañas? 

ZAZ - "Dans ma rue" acoustique (Edith Piaf cover)

Zaz - Je Veux

miércoles, 26 de octubre de 2016

Sistema-mundo de la destrucción planetaria

Sistema-mundo de la destrucción planetaria

A propósito del proyecto hidroeléctrico de El Bala



Raúl Prada Alcoreza


Sistema Mundo Destructivo.pdf





Como lo dijo Immanuel Wallerstein y como lo seguimos, no se puede hacer un análisis de lo nacional circunscribiéndolo al espacio demarcado de lo nacional; no hay historia del capitalismo nacional, sino historia del capitalismo mundial. Las economías nacionales forman parte de la economía-mundo capitalista; así como los Estado-nación forman parte del sistema-mundo capitalista, de su geopolítica estructurada. De la misma manera, cuando abordamos el análisis de las economías extractivistas y de los Estado rentista, debemos abordar el análisis comprendiendo al sistema-mundo en la dinámica de sus cadenas productivas, de los monopolios de los mercados, de la globalización del consumo. El fenómeno del extractivismo es también un  fenómeno global. Es más, en el caso del impacto ambiental, dicho en los términos livianos de las ONGs ambientalistas, en otras palabras, en el caso de la crisis ecológica, debemos efectuar el análisis de los impactos no solo con enfoque mundial, sino planetario.

En lo que respecta a las evaluaciones críticas de los impactos ecológicos del extractivismo y del desarrollismo, debemos salir de las circunscripciones nacionales, pues este recorte no es adecuado para comprender la complejidad del desequilibrio ecológico. Así como es en el sistema-mundo capitalista donde se encuentran los Estado-nación, también los efectos del impacto ecológico no se circunscriben a la geografía política nacional, que abarca a los territorios contenidos; el planeta, en lo que respecta a las dinámicas ecológicas, es el continente de todos los ecosistemas. En consecuencia, el análisis tiene que ser abordado desde esta perspectiva integral.

El debate entre desarrollistas, sean de “izquierda” o de “derecha”, y ambientalistas, sean de un estilo de “izquierda” verde o un estilo de liberales verdes,  se encuentra en un punto de estancamiento; después de haber aclarado, descriptivamente, los efectos destructivos del impacto ambiental. Esto se debe a que se sigue discutiendo en el marco de las circunscripciones nacionales. No se puede salir de este estancamiento si no hay desplazamientos epistemológicos a la mirada integral planetaria.

¿Qué significa esto? Si tomamos en cuenta los argumentos de la “izquierda” desarrollista, que dice que de lo que se trata es de la industrialización y no persistir en el modelo primario exportador; vemos que lo que se ha dejado pendiente es el análisis de lo que implica esta posición en el contexto del sistema-mundo capitalista.  Visto de manera circunscrita a lo nacional, hasta puede parecer positiva esta posición, pues aparentemente es un camino para salir de la dependencia; sin embargo, visto integralmente, abarcando a lo que ocurre en la economía-mundo capitalista, vemos que de positivo no tiene nada esta posición.

Veamos la hilera de opciones, en lo que respecta a las salidas soberanas, desde la recuperación de la propiedad de los recursos naturales hasta la industrialización. La nacionalización mejora la estructura de los términos de intercambio; hay más ingresos para el Estado-nación subalterno; además de contar con la propiedad y la administración de los recursos naturales. ¿Qué ocurre a nivel mundial? Lejos de debilitarse la economía-mundo capitalista, se reestructura; modifica su ámbito de relaciones entre centros y periferias, garantizando la continuidad de la acumulación ampliada de capital. Los Estado-nación donde se produjo la nacionalización, mejoran sus condiciones de relaciones de intercambio; empero, no salen de la dependencia.

¿La industrialización es una salida a la dependencia? Ciertamente es mejor exportar materias primas en condiciones soberanas que hacerlo en condiciones impuestas por las empresas trasnacionales extractivista; mucho mejor si se exporta metal fundido que materia prima, mucho más si se llega a la exportación de bienes industriales. Resulta hasta excelente si se llega a la condición de potencia emergente industrial, potencia económica, que no serlo, y seguir en la condición de país primario exportador. Sin embargo, ¿se sale de la dependencia en la geopolítica estructurada del sistema-mundo capitalista? Un ejemplo, Brasil, la potencia emergente que ya se encuentra en el quinto o cuarto puesto en el ranquin económico internacional, no ha salido de la dependencia;  sigue amarrada a una combinación perversa entre estructura extractivistaestructura industrial, incluso de segunda y tercera generación, y la expansión de la producción agroindustrial de transgénicos. A esta composición la figura como ornitorrinco el connotado economista y teórico crítico Francisco de Oliveira[1]. Otro ejemplo, China, no solo potencia emergente, es decir, ya no solo ubicado en la estructura intermedia de la geopolítica del sistema-mundo capitalista, sino formando parte del mismo centro de este sistema-mundo y de esta economía-mundo, tampoco ha salido de la dependencia respecto a las dinámicas del sistema-mundo capitalista. Se puede hablar de distintos niveles de dependencia y decir que son mejores unas formas de dependencia más independientes que otras formas de dependencia más dependientes. Si, empero, de lo que se trata es de la independencia en sentido pleno; es decir, en sentido de autonomía de gestiones y de autodeterminación.

¿Son independientes, en sentido pleno, las tradicionales potencias del sistema-mundo capitalista? Se puede decir que su independencia llega a afirmarse con el control de la economía-mundo, así como de cierta forma, de manera, mas bien, relativa, control del orden mundial; sin embargo, no son independientes de las contingencias y las crisis de la economía-mundo, de los ciclos largos y medianos del capitalismo; tampoco de la urgencia de contar con reservas de recursos naturales, así como de mercados seguros. Del mismo modo que podemos hablar de distintos niveles de dependencia, también podemos hacerlo definiendo distintos niveles y grados de independencia. El sistema-mundo capitalista tiene amarradas a todas las economías nacionales, sean del centro o de la periferia, o del nivel intermedio, la bisagra, entre centros y periferias; lugar que ocupan las potencias emergentes. Se puede decir que las dinámicas del sistema-mundo capitalista generan niveles y grados de dependencia, así como niveles y grados de independencia, en las economías nacionales y en los Estado-nación. Sin embargo, todas las economías nacionales son dependientes del sistema-mundo capitalista, de sus funcionamientos, comprendiendo tanto sus lapsos de auge, así como sus lapsos de crisis.

Ahora bien, situándonos, en la coyuntura y la situación del Parque Madidi, la Reserva Biológica y Tierra Comunitaria de Origen Pilón Lajas, nos encontramos no solamente ante la condición vulnerable a la que empuja la economía extractivista y los proyectos desarrollistas, no solo a la reiteración de la misma discusión entre ambientalistas y desarrollistas, sino ante un ataque de envergadura del desarrollismo a un ecosistema de alta cualidad biodiversa y cultural. Ecosistema amazónico que se encuentra en el continente mayor de dinámicas de ecosistemas entrelazados amazónicos; en consecuencia, los efectos de los impactos se extienden a las ecologías amazónicas. Es más, ecológicamente no se puede separar el continente de ecosistemas andinos del continente de ecosistemas amazónicos; se encuentran integrados, no solamente por las redes de las cuencas, sino por las corrientes climáticas, además de la producción compartida de la atmosfera oxigenada. Fuera de que sus poblaciones se encuentran también articuladas, abarcando la pluralidad social y la multiplicidad cultural. Siguiendo este recorrido envolvente, todo el continente, ahora en sentido geográfico, es decir, Abya Yala, los demás continentes, los océanos, en otras palabras, todo el planeta, al estar integrados, conforman la totalidad ecológica donde impactan los efectos de destrucción ecológica.

¿Qué persigue el “gobierno progresista” boliviano con el proyecto hidroeléctrico de El Bala? ¿Cubrir las necesidades energéticas nacionales y vender el excedente, que estima de unos 10 mil megavatios (MW), después de abastecer con 3 mil megavatios (MW) el consumo nacional, para ampliar los ingresos del Estado y hacer crecer la economía nacional? Eso es lo que dice en su argumentación expuesta. ¿Eso es todo? Si tomáramos en cuenta estos argumentos, sin todavía discutirlos, lo que no visualizan los populistas y desarrollistas de “izquierda” es que lo que hacen es formar parte de cadenas de producción energética de la economía-mundo y del sistema-mundo capitalista. Aportan al crecimiento y desarrollo del sistema-mundo capitalista. Esto no tiene nada de “antiimperialista”, como les gusta autodefinirse. En consecuencia, en el mejor de los casos, si todo va bien, como lo proyectado, conforman una dependencia en otro nivel económico, más globalizado, más articulado.

¿Los ingresos que genere esta exportación energética incidirán positivamente en la estructura económica y en la estructura social del país? Ni los ingresos derivados del ciclo económico extractivista de la plata, del ciclo extractivista del estaño, del ciclo extractivista del petróleo y del gas, han terminado de transformar las estructuras económicas y las estructuras sociales; no las han sacado de su condición vulnerable, de su condición extractivista y de su condición de dependencia.  Se puede hablar de mejoras en las condiciones de vida populares, a consecuencia los cambios ocasionados por la revolución de 1952; en el presente, de mejoras de las condiciones de vida de contingentes populares, en las gestiones del “gobierno progresista”, sobre todo, debido a las incidencias de medidas tomadas en la primera gestión de gobierno; empero, estas mejoras no tienen el alcance de transformaciones estructurales, institucionales, económicas y sociales. ¿Por qué tendríamos que esperar que lo que ocurra con los megaproyectos hidroeléctricos lo va hacer?

¿Se han evaluado los costos ecológicos de toda esta historia económica extractivista, combinada, a partir de un determinado momento, con la historia económica del desarrollismo? Esto es lo que no hace la contabilidad capitalista; no entra en sus cálculos el costo ecológico, para decirlo de ese modo, técnico y operativo. Transfieren estos costos a la naturaleza y a las futuras generaciones; en el presente o los presentes donde acaece esto, transfieren los costos también a la sociedad y a las poblaciones orgánicas. Ese cálculo económico es una ficción, precisamente al prescindir de estos costos ignorados.   Sin embargo, todo el mundo se hace de la vista gorda.

Para decirlo popularmente, al “gobierno progresista”, que además se denomina de “defensor de la madre tierra”, le importa un queso el impacto ecológico, social y cultural; menos los costos inconmensurables de la destrucción ecológica. Su compulsión desarrollista, para decirlo, en los mejores términos, sin tocar otros temas, lo lleva al delirio del goce inmediato sin garantizar su permanencia en el tiempo. Si recurriéramos a un cálculo realista, usando una aritmética adecuada, incluso la misma que usa el cálculo macroeconómico del PIB, constataríamos que no hay ganancia, sino pérdida, al tener como referente al planeta, al mundo, a la biodiversidad de la que formamos parte. La ganancia de la que se habla no es más que lo que se lleva, en la contabilidad restringida, la burguesía y la hiper-burguesía a grandes costos destructivos de las formas de vida.   

No vamos a tocar temas conocidos, como las magnitudes de la depredación, de la contaminación, de la desforestación, y sus impactos destructivos en los ecosistemas y sociedades; nos remitimos a las investigaciones especializadas, que son elocuentes en los indicadores de la destrucción[2]. Nos interesa, ahora, señalar las paradojas perversa de un "gobierno progresista".




Paradojas perversas del desarrollismo

Primera paradoja

El “gobierno progresista” se desnuda con su discurso tardío desarrollista; muestro sus ateridos conservadurismos.


Segunda paradoja

El “gobierno progresista”, que dice responder a la Constitución del Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico, Constitución que establece un modelo ecológico, combinado con el modelo de industrialización, que establece el principio categórico de que los recursos naturales no son mercantilizables, sino destinados al vivir bien; en la práctica política y en el ejercicio del poder, hace denodados esfuerzos por hacer marchar proyectos extractivistas y desarrollistas descomunales. Atentando contra la madre tierra, los derechos de los seres de la madre tierra, desconociendo los derechos constitucionalizados de las naciones y pueblos indígenas, amenazando al porvenir de la generaciones futuras, de la humanidad y de las sociedades orgánicas.  


Tercera paradoja

El “gobierno progresista”, que se considera soberano, formar parte de un Estado-nación soberano, se compromete en un  proyecto hidroeléctrico que hace dependiente a la economía nacional de la economía de la potencia emergente de Brasil. Esto no quiere decir, que descartamos la necesaria integración económica del continente; empero, esto solo es posible por la articulación complementaria de las economías; no en el marco de las dinámicas de la economía-mundo capitalista,  en la geopolítica del sistema-mundo capitalista, que genera dependencias perversas.

Cuarta paradoja

El “gobierno progresista”, que se considera “gobierno indígena”, además de “gobierno de los movimientos sociales”, se aboca a expandir la economía colonial del capitalismo dependiente; combinando esta expansión con proyectos desarrollistas de generación de energía. Cuyo destino es alimentar al crecimiento y desarrollo económico desigual y combinado en el continente; continente cartografiado por una geopolítica diferenciadora, valorizando  la contabilidad aritmética de este crecimiento y desarrollo económico; prescindiendo de los costos ecológicos, inscritos en la huella ecológica y la destrucción de la naturaleza. Ocultando los costos culturales, que pagan con su desaparición las naciones y pueblos indígenas.


Quinta paradoja

Si en la historia de la minería en Bolivia, el resultado taxativo es que quedan cementerios mineros, mientras que la riqueza circula por el mundo, sufriendo transformaciones materiales y productivas, que benefician económicamente a las empresas trasnacionales y a la hiper-burguesía mundial, ¿cuál va ser el resultado de la destrucción de la Amazonía? La paradoja perversa del gobierno progresista es que se ha convertido en una maquina depredadora, develando que su “progresismo” no solamente desnuda su aterido conservadurismo, sino también devela su función destructiva de la vida.






[1] Francisco de Oliveira: El neo-atraso brasilero. Siglo XXI-CLACSO.
[2] Ver Consideraciones sobre un megaproyecto; El Bala. FOBOMADE. El Nuevo Proyecto "El Bala". También Reflotando el proyecto El Bala. Así como Crónica de los principales desaciertos socioambientales en los últimos seis años. Parte II de IIFOBOMADE. La Paz.


Leer más: http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/sistema-mundo-de-la-destruccion-planetaria/