Las burbujas del poder
Raúl Prada Alcoreza
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Vale la pena volverse a preguntar ¿qué es la realidad? Sinónimo de complejidad. Esta vez teniendo en cuenta
la realidad producto de la reducción de la complejidad, la realidad recortada; desde la perspectiva
que precisa, por así decirlo, un radio o
un diámetro, que define la esfera de realidad; digamos
metafóricamente, la burbuja. La distancia,
a partir de un centro, define la esfera de realidad. Por decirlo, topológicamente; las propiedades de esa realidad vienen definidas por las operaciones posibilitadas
por la distancia y sus atributos en la esfera de la realidad. Las propiedades
de cohesión y compacidad. Así como las propiedades
de vecindad; también las propiedades generadas por las relaciones de vecindad.
De una manera más sociológica
y semiológica, podríamos hablar de la relación
de decodificación con el resto de las esferas
vecinas. ¿De qué depende esta relación
de decodificación? ¿De la distancia
que constituye a la esfera de realidad?
¿De las distancias relativas con las
otras esferas? ¿De la compacidad y vecindad de las esferas? ¿De otras relaciones intervinientes?
Vamos a proponer algunas hipótesis interpretativas teóricas para intentar sugerencias de
respuestas a las preguntas.
Apertura y clausura de las
esferas
1.
Una esfera es una topología definida por un centro
y una distancia, que define una vecindad en tres dimensiones[1].
Las propiedades de la esfera vienen definidas por un grupo de operaciones tautológicas,
conmutativas y transitivas. La relación
constitutiva de la esfera es con
su radio o distancia, que define el volumen
y la superficie esférica.
2.
Para
nosotros, ahora, en este ensayo, la esfera
es una metáfora de la burbuja y
la burbuja es una metáfora del recorte de realidad, de un ámbito y de
una atmósfera definida por una perspectiva
singular. En este sentido, nos interesa la perspectiva que define la burbuja,
las propiedades que hacen a la burbuja, el grupo de operaciones que definen las propiedades. Además la relación
entre la perspectiva de la burbuja y
la apertura o clausura respecto a las relaciones
con las otras burbujas.
3.
Una burbuja, dependiendo de su perspectiva, puede dar apertura a sus relaciones con el resto
de burbujas o, en su defecto, clausurarlas. Por eso, interesa comprender las características de la perspectiva puesta en juego.
4.
Considerando
las perspectivas de las formas del poder, llama la atención la
tendencia a inclinarse por las clausuras
de relaciones con el resto de las esferas.
Interesa, por eso, comprender como se
constituyen esas perspectivas.
5.
La
hipótesis es de que se trata de perspectivas
autorreferentes. Entonces, se trata
de esferas que se constituyen en mundos propios, cerrándose a otros mundos, a conformar con otras esferas mundos alternativos.
6.
El
problema de la autorreferencia es que
convierte al centro geométrico en un centro político, en un centro sociopolítico, incluso en un centro socioeconómico y en un centro sociocultural. El centro
geométrico se convierte en centro de
poder.
7.
A
pesar de la autorreferencia, no es
que la burbuja del poder no ve a las
otras esferas ni se relaciona con
ellas; sino que la visión que logra está auto-centrada,
autoreferida; las relaciones que
establece están acotadas y sesgadas por las autorreferencias. Para la perspectiva de la esfera del poder las otras esferas forman parte de su propia esfera, son dependientes; las relaciones que establece con las otras esferas
son relaciones jerárquicas y de dominio propio.
8.
Ahora
bien, de lo que se trata es entender hasta donde esta perspectiva del poder es una ilusión.
Hasta donde las otras esferas contribuyen
a alimentar esta ilusión. Lo que
interesa es saber qué campo topológico
define las relaciones entre esferas; qué campo
sociopolítico definen las relaciones
de dependencia entre las burbujas.
9.
La ilusión es imaginaria; sin embargo, todo imaginario
forma parte de las dinámicas del cuerpo,
forma parte de la fenomenología de la
percepción. Todo imaginario
arranca, por así decirlo, en la experiencia,
en algún referente de la experiencia. La ilusión social, el imaginario
social, se sustenta en dinámicas
institucionales, así como en referentes
de la experiencia social.
10.
Ahora
bien, la perspectiva del poder no
solamente corresponde a la perspectiva generada en la autorreferencia de la esfera
propia del poder, sino también a la perspectiva generada en el campo del poder; campo conformado por
los ámbitos de las relaciones de las
esferas con la esfera del poder.
11.
¿Cómo
se genera el campo del poder? ¿Cómo
se llega aceptar que el centro del campo del poder es la esfera del poder? En la crítica del poder, desde la genealogía del poder hasta la crítica del poder desde la perspectiva de la complejidad,
comprendimos la conformación y configuración del poder domo diagramas de
fuerzas y cartografías políticas; después, como flujos y espesores en complejidades
dinámicas y singulares[2].
Sin embargo, ahora, no se trata de volver a estos tópicos y temas, a estas comprensiones y perspectivas, sino de comprender
la topología de este campo topológico centrado. Vamos a
proponer algunas hipótesis configurativas:
a)
Todo
campo topológico comparte las mismas propiedades, en cualquier lugar del espacio topológico.
b)
Si
se encuentran ciertas propiedades,
por ejemplo, de compacidad, en un
lugar, supuestamente central, las mismas propiedades
tienen que encontrarse en cualquier otro lugar del campo topológico, en cuestión.
c)
Desde
esta perspectiva, no podría haber un centro
distinto al resto del campo topológico.
d)
En
consecuencia, se puede decir que cualquier lugar del espacio topológico puede ser el centro
virtual.
e)
Otra
consecuencia; no puede haber un centro
distinto al espacio topológico, a
las propiedades del espacio topológico. En este sentido, no
hay un centro de estas
características, topológicamente
hablando. Lo que hay es un centro en
la topología de la esfera; se trata
de un centro equidistante, la distancia del centro a la superficie de la
esfera. Esta no es una propiedad
distinta en la topología de la esfera,
sino forma parte de la topología misma,
de las propiedades y operaciones de
la topología de la esfera[3].
12.
Considerando
estas hipótesis configurativas
podemos concluir que topológicamente
no hay centro de acumulación, de
saturación, de concentración,
distinto al resto del campo topológico.
En consecuencia, lo que ocurre en el campo
sociopolítico es imaginario, es virtual; se da por la intervención de relaciones no espaciales, sino de otra
índole. Diremos, en principio, siguiendo a Paul Ricoeur, que se trata de relaciones con las narrativas, en este
caso del poder[4].
Se trata de relaciones en el mundo de las representaciones. No se
trata de topologías sino de imaginerías, rescatando un concepto
vertido en Ontología de lo imaginario[5].
Si se quiere, se trata de imagino-logías.
13.
Otra
vez, siguiendo a Ricoeur, lo pre-narrativo
tiene que ver con el deseo y la acción. La imaginación le otorga figura al deseo,
coadyuva a la voluntad, impulsa a la acción. Todo esto adquiere efectos multiplicadores, consistencia y trama con la narración. La narrativa convierte
al deseo en un proyecto, si se quiere, en una utopía.
La narrativa convierte a la voluntad en disposiciones, en
dispositivos, si se quiere en tecnologías
para la acción. La narrativa convierte a la acción en despliegues sociales, también institucionales.
14.
Sin
embargo, si bien lo imaginario forma
parte de la complejidad singular social,
sinónimo de realidad social, no
sustituye a la realidad efectiva ni a
la complejidad dinámica. Tampoco la narrativa, por más incidencia que tenga
en los comportamientos y en las conductas sociales. Lo imaginario y la narrativa
siguen conformados en la imaginería o
en la imagino-logía. Efectivamente no
están conformados en la topología. Sus
propiedades no son topológicas, son propiedades imaginarias, también propiedades narrativas, si se
quiere, dependiendo, corresponden a propiedades
literarias o históricas.
15.
Lo
que es la distancia en topología, lo es el deseo en imagino-logía. Se trata de intensidades y extensidad de deseos; se trata de condensaciones de deseos.
Incluso de composiciones o configuraciones que conforman las operaciones del deseo.
16.
Es
así como puede comprenderse que se conformen imaginerías centradas, que adquieren densidad en los centros,
donde las propiedades de la imagino-logía puede ser distintas al
resto. Por ejemplo, el centro de una burbuja de poder, puede convertirse,
imaginariamente en el origen y el fin de la esfera; es más, en el sentido
de la esfera. Por ejemplo, el símbolo corporal del poder, se convierte en la esencia o sustancia de la burbuja
del poder.
17.
Algo
parecido ocurre en el campo, por así
decirlo, de la imaginería. En este campo imagino-lógico se puede generar
una centralidad gravitante, por así
decirlo, que tiene atributos, propiedades, características distintas al resto
del campo.
18.
Estas
configuraciones imaginarias, si bien
acontecen en la complejidad singular
social, en la realidad efectiva
social, lo hacen como parte de la composición
imaginaria y las narrativas del
poder. No es que se den efectivamente,
de una manera integral, en la complejidad dinámica. Aparecen como voluntad social, también como despliegue institucional, así como legitimidad discursiva. Si bien esto
forma parte de la realidad social, no
es la realidad social como totalidad. Si se quiere es la interpretación institucionalizada.
19.
Hay
una diferencia radical entre la imagino-logía y la topología. Las propiedades
de una no corresponden a las propiedades de
la otra. Lo que se conforma en la imagino-logia
no se sostiene en los espacios
topológicos. Mientras estos mundos,
por así decirlo, se complementan en
lo que respecta al enriquecimiento de la interpretación
y a la incidencia adecuada en la realidad efectiva, no hay problema. El
problema aparece cuando se busca forzar el cumplimiento de la imaginería y de la narrativa del poder en los espacios
topológicos; es más, en los espacios-tiempos
sociales. Como corresponden a distintos ámbitos
de propiedades, este forzar es infructuoso, por más violencia que se
despliegue.
20.
La violencia del poder solo logra edificar la artificialidad institucional de algo que trata de reflejar la imaginería y las narrativas del poder. Estas edificaciones
no son estables; requieren constantes
reconstrucciones. Requieren constantes
defensas, permanentes forcejeos. Sobre
todo requieren convencer; la retórica se
vuelve comunicación de masas; la imaginaria adquiere sistematicidad de la maquinaria
comunicacional, cada vez más descomunal. La “ideología” adquiere la materialidad de sistemas y redes de información, que notifican, informan e
interpretan un mundo que ya es
producto de la comunicación globalizada,
del sistema-mundo comunicacional.
Las burbujas del
poder, los campos de burbujas del
poder, las anti-ecologías del poder,
funcionan en esta complejidad sistémica.
No son meramente imaginarias, no son
solamente “ideología”, no se limitan a difundir narrativas del poder, sino que son despliegues sistemáticos institucionales, son constantes
edificaciones de campos artificiales,
que materializan, por así decirlo,
las imaginerías y las narrativas del poder. Sin embargo, esta
sistemática reproducción del poder
solo se puede efectuar con el desenvolvimiento desbordante, minucioso,
detallista, maquínico de violencias proliferantes, diferenciales,
plurales y persistentes. Pues se trata de forzar
propiedades que no corresponden a los ciclos
vitales, a las ecologías, a la biodiversidad, a la integralidad de la complejidad
dinámica integral del planeta.
[2] Ver Acontecimiento político; así mismo Paradoja de la revolución; también Critica de la Ideología; así como Flujos-espesores. https://pradaraul.wordpress.com/2015/06/23/acontecimento-politico-i/.
https://pradaraul.wordpress.com/2015/06/23/acontecimento-politico-ii/. https://pradaraul.wordpress.com/2015/05/15/paradojas-de-la-revolucion-2/. https://pradaraul.wordpress.com/2015/12/18/critica-de-la-ideologia-i/.
https://pradaraul.wordpress.com/2015/12/18/critica-de-la-ideologia-ii/. https://pradaraul.wordpress.com/2016/04/08/flujos-espesores/.
[3] Revisar Más acá y más allá de la mirada humana. http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/mas-aca-y-mas-alla-de-la-mirada-humana/.
[4] Ver de
Paul Ricoeur Tiempo y narración;
tomos I-III. Siglo XXI; México 1996. Sobre todo el tomo III, El tiempo narrado.
[5] Ver
de Raúl Prada Alcoreza Ontología de lo
Imaginario. Mythos, Punto Cero. La Paz 1997.
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