La fenomenología como nuevo campo del saber y del hacer
Raúl Prada Alcoreza
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Antes de seguir con el análisis crítico de la fenomenología de Edmund Husserl, ahora,
de Investigaciones lógicas II, que es
la que consideramos propiamente fenomenología,
vamos a exponer lo que es para nosotros fenomenología,
basándonos en la Fenomenología de la
percepción de Merleau Ponty[1]. Que
indudablemente, parte, recoge la herencia, se inspira en la fenomenología de Husserl; ocasionando un
desplazamiento epistemológico en la fenomenología, transformándola en una fenomenología del cuerpo, del cuerpo activo y dinámico. Fenomenología vital, que, en el anterior
ensayo[2],
hemos denominado fenomenología
materialista de la percepción. Por otra parte, nos apoyamos en lo escrito
en Acontecimiento poético[3],
donde expusimos nuestra interpretación
de Fenomenología de la percepción y
el uso que le dimos para interpretar
el acontecimiento poético de Cesar
Vallejo.
Como dijimos, el paso demarcador que da Husserl, en el
segundo tomo de Investigaciones lógicas,
es haber abierto un nuevo campo del saber,
la fenomenología. ¿Por qué decimos
esto? ¿Cuál es la diferencia de la fenomenología
con la filosofía, con la epistemología, incluso con la ciencia? A diferencia de la filosofía, a pesar que Husserl comparte,
en la exposición del primer tomo de Investigaciones
lógicas, la pretensión de la verdad,
es que no se coloca por fuera del fenómeno, convirtiéndolo en objeto del sujeto, ya sea de la certeza,
del reconocimiento, de la razón o del saber. La diferencia con la epistemología,
a pesar que el proyecto se anuncia
como epistemología fenomenológica, es que no es ciencia de la ciencia, ciencia que convierte a la ciencia en objeto de estudio, suponiendo que el saber de la ciencia ya es
verdadero. La diferencia con la ciencia, en este caso el referente señalado por Husserl es la psicología, es que no tiene un objeto de estudio, que va a ser
investigado, analizado y explicado. Sino que la fenomenología considera al fenómeno
de tal manera que se incluye en él, forma parte del fenómeno. Ciertamente, que Husserl hace hincapié en que se trata de
la vivencia, de la percepción, no de la sensación del objeto empírico. Es decir,
el fenómeno tomado en cuenta es el de
la percepción, que deviene apercepción. Sin embargo, el paso ya se
dio, comprender que se forma parte
del fenómeno; que no hay una exterioridad. Es Merleau Ponty quien da
el siguiente paso; comprender que el fenómeno no solamente es percepción, sino que la percepción forma parte de la experiencia del cuerpo; cuerpo que forma parte del mundo efectivo en devenir. A partir del paso de Husserl, hay pues una continuidad con
Merleau Ponty en lo que llamaremos, rápidamente, constitución y conformación de
la fenomenología.
Entonces la fenomenología
viene a ser el estudio y el análisis del fenómeno,
mejor dicho de la complejidad de
fenómenos dados, de manera simultánea
y entrelazada, donde se encuentra el fenómeno
de la percepción, que deviene comprensión y conocimiento. Este fenómeno
es una articulación específica del
conjunto de fenómenos, que
intervienen o que son sentidos, sobre todo, inmediatamente,
como integración perceptiva;
asimilados por la experiencia del cuerpo.
La fenomenología de la percepción interpreta la percepción
como dinámica compleja de
sensaciones, imaginaciones, simbolizaciones, significaciones, razón, que hace
de substrato de la intuición del sentido
inmanente.
La diferencia entre la fenomenología de Husserl y la fenomenología
de Merleau Ponty, fuera de lo que ya dijimos, es que la fenomenología de Husserl sigue siendo trascendental. Claro está, con los desplazamientos dados respecto a la filosofía trascendental de Emmanuel Kant; es decir, que considera
las condiciones de posibilidad como a priori; vale decir, sin experiencia, como condiciones puras de la estructura
del sujeto. En cambio Merleau Ponty parte de que las condiciones de posibilidad son corporales,
son, si se quiere, existenciales.
Esto es, la fenomenología de Merleau
Ponty es materialista. Por lo tanto,
la consecuencia, de partir de condiciones
de posibilidades diferentes, marcadamente distintas, es que Husserl
desarrolla una teoría fenomenológica
que se realiza en las condiciones puras del
fenómeno, cuando éste se convierte en
la apercepción abstracta, vaciada de contenidos de la experiencia. En tanto
que en Ponty la realización es devenir
del cuerpo en devenir del sentido
inmanente; la realización de la experiencia
como memoria actualizada, como devenir mundo, que constituye al sujeto de la percepción, siendo éste también constitutivo del mundo.
Para decirlo ilustrativamente, ciertamente de manera
esquemática y metafórica; si bien ambos teóricos exponen fenomenologías con polos
opuestos, por así decirlo, ambas exposiciones son coherentes y consistentes con
lo que se proponen y constituyen; la fenomenología
como campo de intensidad de un saber inmiscuido en el hacer del sujeto fenomenológico. No vamos a caer en el endeble dualismo esquemático de idealismo/materialismo; para calificar a
uno como idealista y al otro como materialista; descalificando al primero
y calificando al segundo. Esto sería caer en los esquematismos dualistas,
no tanto de las ciencias de la
modernidad, sino de algo más pobre, de la “ideología”. En ambos teóricos hay un
trabajo de las ideas, en ambos hay
una elaboración analítica teniendo en cuenta el referente de la experiencia,
de la materialidad tomada en cuenta y
vivida por el cuerpo a través de la experiencia.
La diferencia radica, otra vez para decirlo fácil, en que parten de premisas simétricas y opuestas, llegando
a conclusiones simétricas y opuestas.
Entonces, estamos ante el nacimiento y el despliegue
de un nuevo campo de saber, el fenomenológico. Que desde nuestro punto
de vista, lo consideramos otra vertiente,
que antes no tomamos en cuenta, de la conformación y configuración del pensamiento complejo. Habíamos señalado
dos vertientes primordiales; una, la arqueología de las teorías de sistemas; otra, la arqueología
de las teorías nómadas[4].
Ahora, haciendo justicia, podemos decir que la tercera vertiente es la fenomenología.
Como se puede ver, no estamos de acuerdo con los que interpretan la fenomenología como perteneciente a la filosofía, como si fuese una de sus corrientes contemporáneas. Esta
interpretación, reduce el alcance del
desplazamiento epistemológico
ocasionado por la fenomenología;
restringiéndolo a las búsquedas, en círculo vicioso, de la verdad por parte de la filosofía.
La fenomenología no es un saber de este tipo. Para decirlo en la
forma como expone Husserl, en
Investigaciones lógicas II, es un saber
que se sabe también objeto de este saber, el fenomenológico.
[1] Ver
Merleau Ponty Fenomenología de la
percepción. https://filosinsentido.files.wordpress.com/2013/07/merleau-ponty-maurice-fenomenologia-de-la-percepcion.pdf.
[2] Ver Fenomenología de la consciencia. http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/fenomenologia-de-la-consciencia/.
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