martes, 2 de agosto de 2016

La fenomenología como nuevo campo del saber y del hacer

La fenomenología como nuevo campo del saber y del hacer


Raúl Prada Alcoreza


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Antes de seguir con el análisis crítico de la fenomenología de Edmund Husserl, ahora, de Investigaciones lógicas II, que es la que consideramos propiamente fenomenología, vamos a exponer lo que es para nosotros fenomenología, basándonos en la Fenomenología de la percepción de Merleau Ponty[1]. Que indudablemente, parte, recoge la herencia, se inspira en la fenomenología de Husserl; ocasionando un desplazamiento epistemológico en la fenomenología, transformándola en una fenomenología del cuerpo, del cuerpo activo y dinámico. Fenomenología vital, que, en el anterior ensayo[2], hemos denominado fenomenología materialista de la percepción. Por otra parte, nos apoyamos en lo escrito en Acontecimiento poético[3], donde expusimos nuestra interpretación de Fenomenología de la percepción y el uso que le dimos para interpretar el acontecimiento poético de Cesar Vallejo.

Como dijimos, el paso demarcador que da Husserl, en el segundo tomo de Investigaciones lógicas, es haber abierto un nuevo campo del saber, la fenomenología. ¿Por qué decimos esto? ¿Cuál es la diferencia de la fenomenología con la filosofía, con la epistemología, incluso con la ciencia? A diferencia de la filosofía, a pesar que Husserl comparte, en la exposición del primer tomo de Investigaciones lógicas, la pretensión de la verdad, es que no se coloca por fuera del fenómeno, convirtiéndolo en objeto del sujeto, ya sea de la certeza, del reconocimiento, de la razón o del saber. La diferencia con la epistemología, a pesar que el proyecto se anuncia como epistemología fenomenológica, es que no es ciencia de la ciencia, ciencia que convierte a la ciencia en objeto de estudio, suponiendo que el saber de la ciencia ya es verdadero. La diferencia con la ciencia, en este caso el referente señalado por Husserl es la psicología, es que no tiene un objeto de estudio, que va a ser investigado, analizado y explicado. Sino que la fenomenología considera al fenómeno de tal manera que se incluye en él, forma parte del fenómeno. Ciertamente, que Husserl hace hincapié en que se trata de la vivencia, de la percepción, no de la sensación del objeto empírico. Es decir, el fenómeno tomado en cuenta es el de la percepción, que deviene apercepción. Sin embargo, el paso ya se dio, comprender que se forma parte del fenómeno; que no hay una exterioridad. Es Merleau Ponty quien da el siguiente paso; comprender que el fenómeno no solamente es percepción, sino que la percepción forma parte de la experiencia del cuerpo; cuerpo que forma parte del mundo efectivo en devenir. A partir del paso de Husserl, hay pues una continuidad con Merleau Ponty en lo que llamaremos, rápidamente, constitución y conformación de la fenomenología.

Entonces la fenomenología viene a ser el estudio y el análisis del fenómeno, mejor dicho de la complejidad de fenómenos dados, de manera simultánea y entrelazada, donde se encuentra el fenómeno de la percepción, que deviene comprensión y conocimiento. Este fenómeno es una articulación específica del conjunto de fenómenos, que intervienen o que son sentidos, sobre todo, inmediatamente, como integración perceptiva; asimilados por la experiencia del cuerpo. La fenomenología de la percepción interpreta la percepción como dinámica compleja de sensaciones, imaginaciones, simbolizaciones, significaciones, razón, que hace de substrato de la intuición del sentido inmanente.

La diferencia entre la fenomenología de Husserl y la fenomenología de Merleau Ponty, fuera de lo que ya dijimos, es que la fenomenología de Husserl sigue siendo trascendental. Claro está, con los desplazamientos dados respecto a la filosofía trascendental de Emmanuel Kant; es decir, que considera las condiciones de posibilidad como a priori; vale decir, sin experiencia, como condiciones puras de la estructura del sujeto. En cambio Merleau Ponty parte de que las condiciones de posibilidad son corporales, son, si se quiere, existenciales. Esto es, la fenomenología de Merleau Ponty es materialista. Por lo tanto, la consecuencia, de partir de condiciones de posibilidades diferentes, marcadamente distintas, es que Husserl desarrolla una teoría fenomenológica que se realiza en las condiciones puras del fenómeno, cuando éste se convierte en la apercepción abstracta, vaciada de contenidos de la experiencia. En tanto que en Ponty la realización es devenir del cuerpo en devenir del sentido inmanente; la realización de la experiencia como memoria actualizada, como devenir mundo, que constituye al sujeto de la percepción, siendo éste también constitutivo del mundo.

Para decirlo ilustrativamente, ciertamente de manera esquemática y metafórica; si bien ambos teóricos exponen fenomenologías con polos opuestos, por así decirlo, ambas exposiciones son coherentes y consistentes con lo que se proponen y constituyen; la fenomenología como campo de intensidad de un saber inmiscuido en el hacer del sujeto fenomenológico. No vamos a caer en el endeble dualismo esquemático de idealismo/materialismo; para calificar a uno como idealista y al otro como materialista; descalificando al primero y calificando al segundo. Esto sería caer en los esquematismos dualistas, no tanto de las ciencias de la modernidad, sino de algo más pobre, de la “ideología”. En ambos teóricos hay un trabajo de las ideas, en ambos hay una elaboración analítica teniendo en cuenta el referente de la experiencia, de la materialidad tomada en cuenta y vivida por el cuerpo a través de la experiencia. La diferencia radica, otra vez para decirlo fácil, en que parten de premisas simétricas y opuestas, llegando a conclusiones simétricas y opuestas.

Entonces, estamos ante el nacimiento y el despliegue de un nuevo campo de saber, el fenomenológico. Que desde nuestro punto de vista, lo consideramos otra vertiente, que antes no tomamos en cuenta, de la conformación y configuración del pensamiento complejo. Habíamos señalado dos vertientes primordiales; una, la arqueología de las teorías de sistemas; otra, la arqueología de las teorías nómadas[4]. Ahora, haciendo justicia, podemos decir que la tercera vertiente es la fenomenología.

Como se puede ver, no estamos de acuerdo con los que interpretan la fenomenología como perteneciente a la filosofía, como si fuese una de sus corrientes contemporáneas. Esta interpretación, reduce el alcance del desplazamiento epistemológico ocasionado por la fenomenología; restringiéndolo a las búsquedas, en círculo vicioso, de la verdad por parte de la filosofía. La fenomenología no es un saber de este tipo. Para decirlo en la forma como expone Husserl, en Investigaciones lógicas II, es un saber que se sabe también objeto de este saber, el fenomenológico.


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