Asociaciones y composiciones perversas del poder y el capital
Raúl Pada Alcoreza
Asociaciones y composiciones perversas del poder y el capital.pdf
A propósito del capitalismo
barroco o del capitalismo abigarrado
del que hablamos en Consciencias
culpables[1];
retomando lo que dijimos en ensayos anteriores, que, desde la perspectiva de la complejidad, no parece
adecuado el concepto de capitalismo, en todas sus versiones[2]. El
modo de producción capitalista, la formación económico-social, el sistema-mundo capitalista. Pues la dinámica integral de la complejidad social de la llamada modernidad desborda los alcances del
concepto capitalista, en sus
distintas tonalidades, incluyendo la
estructura categorial más compleja y completa que es el sistema-mundo
capitalista.
Vamos a intentar proponer una configuración conceptual
más acorde con el pensamiento complejo.
Vamos a partir del criterio pluralista, nómada
y mónada, de las asociaciones, que conforman composiciones;
haciendo emerger combinaciones de
composiciones, en devenir. Estas asociaciones y composiciones sociales edifican estructuras
e instituciones, que son como los dispositivos de los que disponen las relaciones y prácticas sociales. Se puede decir, a groso modo, que estas asociaciones y composiciones sociales producen realidades,
en el sentido de recortes, de
contextos modulados, donde la incidencia institucional tiene efectos[3].
Lo que el marxismo llamó modo de producción capitalista, en realidad, corresponde a recortes de realidad modulados por asociaciones
y composiciones sociales singulares,
que inciden en contextos concretos;
logrando producir, si se quiere, regularidades
en los comportamientos sociales, en
los efectos de masa de estas conductas y prácticas.
De esta manera, se pueden identificar procesos como los de la acumulación de capital. Empero, no es el
único proceso; tampoco, ampliando el
panorama, acompañando otros procesos
afines, los únicos procesos que
transcurren en la denominada realidad,
incluso si ésta es recorte de realidad.
Hay muchos más, que se entrelazan e imbrican, dando lugar a la posibilidad de
otros recortes de realidad; por lo
tanto, de otras interpretaciones. Se
puede decir que la crítica de la economía
política, en sentido restringido, en sentido marxista, ha elaborado una interpretación
fuerte, en el recorte de realidad económico; dando lugar a una explicación
coherente y de alcance de los efectos
cuantitativos de la civilización
moderna. Efectos que suponen, si se quiere dinámicas y mecánicas económicas vinculadas a los procesos cuantitativos de la acumulación de capital[4].
Lo que el marxismo ha descuidado es el análisis de los efectos cualitativos, así como de las dinámicas cualitativas vinculadas. No se puede tomar como análisis
de las estructuras cualitativas de la
modernidad, la teoría marxista débil sobre el Estado, así como la teoría débil histórica de los modos
de producción. Estas teorías son, mas bien, consecuencias acompañantes de
la teoría fuerte del modo de producción capitalista.
La teoría fuerte,
en el sentido de su núcleo crítico,
de partida, y su proyección irradiante, es la crítica de la ideología. Crítica basada en la tesis iluminadora del
fetichismo de la mercancía. Sin
embargo, esta teoría, con todas sus posibilidades y potencialidades, ha sido,
mas bien, acotada, inhibida y detenida por las mismas corrientes marxistas. Lo
han hecho de distintas maneras; ahora no vamos a entrar a esta exposición de
las modalidades variantes de este acotamiento teórico. Quizás aquí, en los
ámbitos abiertos por la crítica de la ideología,
se encuentren las posibilidades del análisis
cualitativo de las dinámicas
estructurales de la civilización
moderna. Sin embargo, estas posibilidades han sido precisamente desechadas
por el marxismo[5].
Retomando la perspectiva
de la complejidad, decíamos que lo visto y enfocado por el concepto de modo de producción capitalista es
apenas uno de los fenómenos captables
en los contextos del sistema-mundo moderno. La corrección histórica del concepto abstracto del modo de producción capitalista en el concepto dinámico de formación económico-social, si bien
mejora la capacidad interpretativa respecto a las formaciones histórico-sociales concretas, no deja de estar atrapado
en el enfoque acotado economicista del modo de producción capitalista. Por lo tanto, la corrección teórica
solo es parcial. La corrección mayor,
como hemos dicho, se encuentra en el concepto
de sistema-mundo capitalista. Se
puede decir que este concepto escapa a la herencia del enfoque economicista, otorgando al análisis una complejidad articulada económica,
política, social y cultural. Sin embargo, el problema radica en el acotamiento teórico, que define el horizonte capitalista, supuesto por la teoría restringida misma de referencia. ¿Se
puede reducir o circunscribir la realidad
efectiva de la modernidad al horizonte
del enfoque del análisis del capitalismo?
Como la teoría
fuerte del marxismo define, el capital
es valorización dineraria; entonces,
el capital es un concepto cuyo
alcance interpretativo, si se quiere, explicativo, es, sobre todo, cuantitativo o, se basa en los ejes de
coordenadas cuantitativas. En consecuencia, incluso el concepto complejo de sistema-mundo
capitalista no tiene la cobertura como para interpretar y explicar la
complejidad dinámica de la
modernidad.
Sin desmerecer los aportes de la teoría fuerte marxista, la tarea en la comprensión de la complejidad
dinámica e integral de la
modernidad, es desplegar enfoques que
se sitúen en los procesos cualitativos
del acontecimiento moderno. También,
como reconocimos, liberar las
posibilidades y potencialidades contenidas en la crítica de la ideología. A lo largo de nuestros desplazamientos y rupturas epistemológicas con el pensamiento
marxista crítico heredado, propusimos algunos de estos enfoques; ahora, queremos intentar un boceto de teoría integral crítica de la civilización moderna.
Boceto de teoría integral crítica
de la civilización moderna
1.
El concepto de civilización es una tesis,
mejor dicho, una hipótesis histórica; quizás conectada con saberes
antropológicos y culturales. Incluso, se puede añadir que el concepto de cultura se refiere más a la connotación espiritual; en cambio, el concepto
de civilización se refiere más a la
connotación técnica e instrumental. Sin embargo, ambos
conceptos no solamente son complementarios, sino, sobre todo, se encuentran
articulados a una concepción evolutiva
de la historia.
2.
El concepto o la configuración connotativa de modernidad,
que nace de una interpretación estética,
sobre todo, por su plasticidad,
además de su manifestación vertiginosa, habla de la experiencia de la mundialización, que podemos datar desde
el siglo XVI, con la conquista del continente de Abya Yala.
3.
En
consecuencia, hablar de civilización
moderna, expresa la intencionalidad clara de una cosmovisión evolutiva, además de considerar que la experiencia de humanidad en la contemporaneidad, es, por así decirlo, la experiencia por excelencia; es decir, se
trata del supuesto del referente
histórico por excelencia.
4.
Por
lo tanto, cuando hablamos de una teoría
de la civilización moderna, estamos
suponiendo la existencia, si se
quiere, la realidad, de algo o un contexto mayúsculo llamado civilización
moderna. Sin embargo, este contexto
histórico es más imaginario, si
se quiere, es más ideológico, que una
evidencia, que se pueda corroborar
absolutamente, sin ninguna duda.
5.
De
todas maneras, a pesar de estas relatividades
del concepto compuesto de civilización
moderna, nosotros, usamos la teoría
como instrumento provisional; no como
una verdad, o como un discurso
verdadero. Discurso o formación
discursiva que forma parte de los prejuicios
ideológicos de la modernidad.
6.
En
el sentido de provisionalidad
instrumental, usaremos el campo
configurante de civilización moderna.
7.
Ahora
bien, la cuestión del enfoque problemático, también de la perspectiva de la complejidad, radica en la compresión o, si se quiere, conjetura
comprensiva, de que asistimos a la pluralidad de cuerdas, de tonalidades de
cuerdas, de vibraciones y ondas,
de asociaciones de partículas
infinitesimales, de emergencias de campos
de fuerzas fundamentales, de composiciones
de estructuras atómicas, como resultado de composiciones
y combinaciones de asociaciones de partículas infinitesimales, fuerzas fundamentales, y, sobre todo, sinfonías de cuerdas. Por los recorridos de estos acontecimientos existenciales, podemos
interpretar las asociaciones moleculares,
como efectos masivos de las asociaciones atómicas.
8. La vida, en sentido biológico, puede ser
interpretada como un acontecimiento
complejo de dinámicas integradas
de los acontecimientos existenciales,
citados con anterioridad. En resumidas cuentas, dicho de una manera simple y
hasta esquemática, podemos decir que la vida,
en sentido biológico, es el acontecimiento derivado del acontecimiento molecular, que es ya
derivación del acontecimiento atómico.
9.
En
este sentido, en esta perspectiva, y poniendo en juego el enfoque múltiple y
móvil de la complejidad, el acontecimiento social, que forma parte
del acontecimiento vital de la
biodiversidad, supone el conjunto de acontecimientos
existenciales, que citamos, además de mostrar su propia pluralidad y
multiplicidad contingente, sin embargo, sincronizada.
10.
Lo
que llamamos acontecimiento social,
refiriéndonos a las sociedades humanas,
que ya es un acontecimiento acotado,
en la falsa conjetura de la centralidad humana,
es ya un acontecimiento derivado del
conjunto de acontecimientos existenciales
citados. En este sentido, ni tiene centralidad ni es el referente fundamental de los acontecimientos; sino, tan solo, es un acontecimiento solo posible en la simultaneidad dinámica del multiverso o
pluriverso, en sus distintas escalas integradas y sincronizadas.
11.
Lo
que importa, por el momento, en la provisionalidad hipotética,
interpretativa e teórica, es comprender
que el acontecimiento social humano, además de contener al conjunto
de acontecimientos existenciales,
también lo es por el juego de asociaciones, combinaciones de asociaciones, composiciones,
combinación de composiciones, de mónadas.
12.
Lo
que la historia moderna llama civilizaciones no son más que tibias
configuraciones conceptuales de acontecimientos
sociales, desbordantes, múltiples y plurales, en constante devenir, que se encuentran atravesados y conteniendo
multiplicidad de singularidades. Lo
que importa, en este caso, para su comprensión
y entendimiento, es este desborde de realidad, sinónimo de complejidad; no, de ninguna manera, la verdad de las teorías, de los conceptos
configurantes, como civilización moderna.
13.
En
lo que respecta a la civilización moderna,
las asociaciones, composición de asociaciones, la combinación de asociaciones y
composiciones, parece tener que ver con conjunciones
de mónadas sociales, que perdieron memoria,
saber y, sobre todo, la experiencia existencial de la vida.
Sustituyendo a la potencia social con ideologías, que instauran fetichismos
de toda clase, ilusionando a las sociedades
institucionalizadas con promesas,
con proyecciones, con expectativas, cada vez menos expresivas, cada vez más banales, como cuando se habla de
“desarrollo”.
14.
La
modernidad como acontecimiento histórico - usando este concepto
discutible, el de histórico, empero,
por de pronto, ilustrativo -, tiene de relevante la mundialización - usando también este otro concepto, el de mundialización -, de pretensiones
holísticas. La mundialización es como
el síntoma, por caminos equivocados,
los del sistema-mundo, de lo que
somos las sociedades orgánicas en el
planeta, en los ciclos vitales de las
ecologías de la biodiversidad. Somos
eso, un mundo efectivo, en constante devenir; un mundo donde todas las sociedades orgánicas nos encontramos
entrelazadas, asociadas, vinculadas y comprometidas.
15.
Ignorar
esta evidencia existencial en el
planeta, es mostrar no solamente olvido,
ignorancia, estupidez, sino apostar a la destrucción
del planeta, de la vida, en el
planeta, de la vida de las sociedades humanas.
16.
La civilización moderna es precisamente la expresión material y espiritual de este olvido, de esta perdida en el laberinto
ideológico; es el apocalipsis anunciado con anticipación.
17.
Esto
no quiere decir que no tengamos que comprender
y entender el funcionamiento complejo,
diverso, diferencial, de la civilización
moderna. Que no tengamos que atender a sus dinámicas moleculares y molares, hablando metafóricamente. Al
contrario, hay que comprender,
interpretar y explicar estos procesos inherentes a la civilización moderna. Sin embargo, no se puede asumir que esta comprensión, entendimiento y saberes
sobre aspectos, tópicos y campos de la civilización
moderna, es el conocimiento de la
complejidad efectiva, de la realidad efectiva, que sostiene este recorte de realidad. El límite de las teorías modernas, incluyendo al marxismo, con todas sus corrientes,
incluyendo a las críticas, se encuentra aquí, en esta limitación impuesta por la pretensión
de verdad. Teoricismo, heredero
de los mitos de las religiones monoteístas.
18.
Cuando
hablamos de la necesidad de cubrir una ausencia, una falta, la del análisis cualitativo de las dinámicas moleculares y molares, inherentes
al acontecimiento moderno, debemos destacar que se trata
de comprender la participación y la
incidencia de asociaciones y composiciones singulares, relativas al acuerdo, para decirlo de ese modo, de
estratos y grupos sociales con el objeto de la dominación; es decir, de la subsunción
y la subordinación, de no solamente
el resto de las sociedades, sino de
los espesores territoriales y los flujos
de los ciclos vitales.
19.
El acontecimiento moderno, diferencial,
plural en sus singularidades y en sus manifestaciones espacio-temporales, puede ser recortado
para analizar algunos planos y espesores
de intensidad, en determinados contextos
y supuestos lapsos, apuntando a
identificados procesos
intervinientes; sin embargo, estos recortes
no explican del devenir constante de
la simultaneidad dinámica integral, que sostiene esos recortes, para que sean, si se quiere, configurados. Tan solo
pueden vislumbrar aspectos de la fenomenología
social. Por otra parte, cuando se analizan estos procesos identificados, en el marco de sus recortes metodológicos,
requieren ser interpretados tanto en
su efecto masivo cuantitativo, así
como en sus efectos estructurales
cualitativos. En lo que respecta al proceso
de apropiación privada,
transformación productiva colectiva y cooperada, y su resultante mercantil privatizada, que el marxismo
denomina capitalismo; éste, el materialismo histórico, solo ha enfocado
el aspecto cuantitativo del fenómeno,
el de la acumulación de capital; es
decir, el fenómeno parcial de la valoración
dineraria. Falta, por decirlo rápidamente y solo con una anotación, el análisis cualitativo del despojamiento, de la desposesión, el vaciamiento y la destrucción
ecología.
20.
Fuera
de este proceso relativo a la paradójica situación de la acumulación-destrucción, se dan
imbricadamente otros procesos
concurrentes. Por ejemplo, el proceso
paradójico imaginario-corpóreo de las mallas
institucionales, que constituyen la realidad
del poder.
21.
Los imaginarios sociales emergen, se
conforman y consolidan, además de reproducirse, solo cuando se da lugar a la des-corporeización de sus configuraciones. Lo que, a su vez,
implica, paradójicamente, el acontecimiento de la fenomenología corporal.
22.
Si
bien se puede decir que estas fenomenologías
relativas a la paradójica efectuación
de lo imaginario-corporeidad se da en
todas las civilizaciones, no solo en
la civilización moderna, lo sugerente
es que en la civilización moderna se
da de una manera extrema; donde lo imaginario
llega a convertirse en el referente y
en el sustituto de la fenomenología
misma de la percepción, de la representación, de la expresión, del sentido. Escondiendo, en lo profundo, en las sombras mismas de la
sociedad, si se quiere, del inconsciente
social, el hecho corpóreo, que sostiene este acontecimiento cuando todo los solido se desvanece en el aire.
23.
Otro
proceso, entre muchos, citable, por el momento, dejando, para después otros,
que pueden ser citables, es la denominada mundialización
o globalización, que no es otra cosa,
por así decirlo, que la homogeneización,
que en la etapa de la modernidad tardía
es la banalización generalizada. Este proceso paradójico se da como mundialización-localización;
es decir, la mundialización supone
una deslocalización, que solo es posible por los tejidos locales.
24.
Sin
embargo, lo que importa remarcar, por el momento, en este boceto de teoría, es explicar
someramente esta conjetura de la asociación de las mónadas desoladas, de los fragmentos
sociales, de una manera compulsiva
y perversa; que apunta obsesiva a esa característica shakesperiana a cuando todo lo solido se desvanece en el aire.
La vertiginosidad de la desaparición, que es la modernidad misma.
25.
Lo
sugerente de esta primera exposición sobre el boceto de teoría sobe la civilización moderna, es que en la historia – déjenos todavía usar
provisionalmente esta palabra y concepto discutible – de la modernidad, las composiciones sociales e institucionales
no solamente se dan como asociaciones
de fragmentaciones contingentes, sino que se dan de una
manera que evidencian la compulsión por una síntesis
imposible. La compulsión por lo absoluto.
26.
Lo absoluto expresa metafóricamente la
búsqueda tanática por el fin. Devolviendo el sentido oculto en el
concepto de capitalismo, lo absoluto es el fin de la historia. La ideología
capitalista, por así decirlo, se expresa tanto en la versión liberal como en la versión marxista como fin de la historia.
[1] Ver Consciencias
culpables. http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/consciencias-culpables/.
[2] Ver La explosión de la vida. http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/la-explosion-de-la-vida/.
[4] Ver Crítica de la economía política generalizada.
https://pradaraul.wordpress.com/2015/10/29/critica-de-la-economia-politica-generalizada-2/.
[5] Ver La
inscripción de la deuda, su conversión infinita. https://pradaraul.wordpress.com/maquinaria-despotica-de-la-deuda-infinita/la-inscripcion-de-la-deuda-su-conversion-infinita/.
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