miércoles, 7 de diciembre de 2016

Asociaciones y composiciones perversas del poder y el capital

Asociaciones y composiciones perversas del poder y el capital


Raúl Pada Alcoreza


Asociaciones y composiciones perversas del poder y el capital.pdf






A propósito del capitalismo barroco o del capitalismo abigarrado del que hablamos en Consciencias culpables[1]; retomando lo que dijimos en ensayos anteriores, que, desde la perspectiva de la complejidad, no parece adecuado el concepto de capitalismo, en todas sus versiones[2]. El modo de producción capitalista, la formación económico-social, el sistema-mundo capitalista. Pues la dinámica integral de la complejidad social de la llamada modernidad desborda los alcances del concepto capitalista, en sus distintas tonalidades, incluyendo la estructura categorial más compleja y completa que es el sistema-mundo capitalista.  

Vamos a intentar proponer una configuración conceptual más acorde con el pensamiento complejo. Vamos a partir del criterio pluralista, nómada y mónada, de las asociaciones, que conforman composiciones; haciendo emerger combinaciones de composiciones, en devenir. Estas asociaciones y composiciones sociales edifican estructuras e instituciones, que son como los dispositivos de los que disponen las relaciones y prácticas sociales. Se puede decir, a groso modo, que estas asociaciones y composiciones sociales producen realidades, en el sentido de recortes, de contextos modulados, donde la incidencia institucional tiene efectos[3].

Lo que el marxismo llamó modo de producción capitalista, en realidad, corresponde a recortes de realidad modulados por asociaciones y composiciones sociales singulares, que inciden en contextos concretos; logrando producir, si se quiere, regularidades en los comportamientos sociales, en los efectos de masa de estas conductas y prácticas. De esta manera, se pueden identificar procesos como los de la acumulación de capital. Empero, no es el único proceso; tampoco, ampliando el panorama, acompañando otros procesos afines, los únicos procesos que transcurren en la denominada realidad, incluso si ésta es recorte de realidad. Hay muchos más, que se entrelazan e imbrican, dando lugar a la posibilidad de otros recortes de realidad; por lo tanto, de otras interpretaciones. Se puede decir que la crítica de la economía política, en sentido restringido, en sentido marxista, ha elaborado una interpretación fuerte, en el recorte de realidad económico; dando lugar a una explicación coherente y de alcance de los efectos cuantitativos de la civilización moderna. Efectos que suponen, si se quiere dinámicas y mecánicas económicas vinculadas a los procesos cuantitativos de la acumulación de capital[4]. Lo que el marxismo ha descuidado es el análisis de los efectos cualitativos, así como de las dinámicas cualitativas vinculadas. No se puede tomar como análisis de las estructuras cualitativas de la modernidad, la teoría marxista débil sobre el Estado,  así como la teoría débil histórica de los modos de producción. Estas teorías son, mas bien, consecuencias acompañantes de la teoría fuerte del modo de producción capitalista.

La teoría fuerte, en el sentido de su núcleo crítico, de partida, y su proyección irradiante, es la crítica de la ideología. Crítica basada en la tesis iluminadora del fetichismo de la mercancía. Sin embargo, esta teoría, con todas sus posibilidades y potencialidades, ha sido, mas bien, acotada, inhibida y detenida por las mismas corrientes marxistas. Lo han hecho de distintas maneras; ahora no vamos a entrar a esta exposición de las modalidades variantes de este acotamiento teórico. Quizás aquí, en los ámbitos abiertos por la crítica de la ideología, se encuentren las posibilidades del análisis cualitativo de las dinámicas estructurales de la civilización moderna. Sin embargo, estas posibilidades han sido precisamente desechadas por el marxismo[5].

Retomando la perspectiva de la complejidad, decíamos que lo visto y enfocado por el concepto de modo de producción capitalista es apenas uno de los fenómenos captables en los contextos del sistema-mundo moderno. La corrección histórica del concepto abstracto del modo de producción capitalista en el concepto dinámico de formación económico-social, si bien mejora la capacidad interpretativa respecto a las formaciones histórico-sociales concretas, no deja de estar atrapado en el enfoque acotado economicista del modo de producción capitalista. Por lo tanto, la corrección teórica solo es parcial.  La corrección mayor, como hemos dicho, se encuentra en el concepto de sistema-mundo capitalista. Se puede decir que este concepto escapa a la herencia del enfoque economicista, otorgando al análisis una complejidad articulada económica, política, social y cultural. Sin embargo, el problema radica en el acotamiento teórico, que define el horizonte capitalista, supuesto por la teoría restringida misma de referencia. ¿Se puede reducir o circunscribir la realidad efectiva de la modernidad al horizonte del enfoque del análisis del capitalismo?

Como la teoría fuerte del marxismo define, el capital es valorización dineraria; entonces, el capital es un concepto cuyo alcance interpretativo, si se quiere, explicativo, es, sobre todo, cuantitativo o, se basa en los ejes de coordenadas cuantitativas. En consecuencia, incluso el concepto complejo de sistema-mundo capitalista no tiene la cobertura como para interpretar y explicar la complejidad dinámica de la modernidad.

Sin desmerecer los aportes de la teoría fuerte marxista, la tarea en la comprensión de la complejidad dinámica e integral de la modernidad, es desplegar enfoques que se sitúen en los procesos cualitativos del acontecimiento moderno. También, como reconocimos, liberar las posibilidades y potencialidades contenidas en la crítica de la ideología. A lo largo de nuestros desplazamientos y rupturas epistemológicas con el pensamiento marxista crítico heredado, propusimos algunos de estos enfoques; ahora, queremos intentar un boceto de teoría integral crítica de la civilización moderna.
















Boceto de teoría integral crítica de la civilización moderna

1.   El concepto de civilización es una tesis, mejor dicho, una hipótesis histórica; quizás conectada con saberes antropológicos y culturales. Incluso, se puede añadir que el concepto de cultura se refiere más a la connotación espiritual; en cambio, el concepto de civilización se refiere más a la connotación técnica e instrumental. Sin embargo, ambos conceptos no solamente son complementarios, sino, sobre todo, se encuentran articulados a una concepción evolutiva de la historia.

2.   El concepto o la configuración connotativa de modernidad, que nace de una interpretación estética, sobre todo, por su plasticidad, además de su manifestación vertiginosa, habla de la experiencia de la mundialización, que podemos datar desde el siglo XVI, con la conquista del continente de Abya Yala.


3.   En consecuencia, hablar de civilización moderna, expresa la intencionalidad clara de una cosmovisión evolutiva, además de considerar que la experiencia de humanidad en la contemporaneidad, es, por así decirlo, la experiencia por excelencia; es decir, se trata del supuesto del referente histórico por excelencia.

4.   Por lo tanto, cuando hablamos de una teoría de la civilización moderna, estamos suponiendo la existencia, si se quiere, la realidad, de algo o un contexto mayúsculo llamado civilización moderna. Sin embargo, este contexto histórico es más imaginario, si se quiere, es más ideológico, que una evidencia, que se pueda corroborar absolutamente, sin ninguna duda.


5.   De todas maneras, a pesar de estas relatividades del concepto compuesto de civilización moderna, nosotros, usamos la teoría como instrumento provisional; no como una verdad, o como un discurso verdadero. Discurso o formación discursiva que forma parte de los prejuicios ideológicos de la modernidad.

6.   En el sentido de provisionalidad instrumental, usaremos el campo configurante de civilización moderna.


7.   Ahora bien, la cuestión del enfoque problemático, también de la perspectiva de la complejidad, radica en la compresión o, si se quiere, conjetura comprensiva, de que asistimos a la pluralidad de cuerdas, de tonalidades de cuerdas, de vibraciones y ondas,  de asociaciones de partículas infinitesimales, de emergencias de campos de fuerzas fundamentales, de composiciones de estructuras atómicas, como resultado de composiciones y combinaciones de asociaciones de partículas infinitesimales, fuerzas fundamentales, y, sobre todo, sinfonías de cuerdas.  Por los recorridos de estos acontecimientos existenciales, podemos interpretar las asociaciones moleculares, como efectos masivos de las asociaciones atómicas.

8.   La vida, en sentido biológico, puede ser interpretada como un acontecimiento complejo de dinámicas integradas de los acontecimientos existenciales, citados con anterioridad. En resumidas cuentas, dicho de una manera simple y hasta esquemática, podemos decir que la vida, en sentido biológico, es el acontecimiento derivado del acontecimiento molecular, que es ya derivación del acontecimiento atómico.


9.   En este sentido, en esta perspectiva, y poniendo en juego el enfoque múltiple y móvil de la complejidad, el acontecimiento social, que forma parte del acontecimiento vital de la biodiversidad, supone el conjunto de acontecimientos existenciales, que citamos, además de mostrar su propia pluralidad y multiplicidad contingente, sin embargo, sincronizada.


10.       Lo que llamamos acontecimiento social, refiriéndonos a las sociedades humanas, que ya es un acontecimiento acotado, en la falsa conjetura de la centralidad humana, es ya un acontecimiento derivado del conjunto de acontecimientos existenciales citados.  En este sentido, ni tiene centralidad ni es el referente fundamental de los acontecimientos; sino, tan solo, es un acontecimiento solo posible en la simultaneidad dinámica del multiverso o pluriverso, en sus distintas escalas integradas y sincronizadas.


11.       Lo que importa, por el momento, en la provisionalidad hipotética, interpretativa e teórica, es comprender que el acontecimiento social humano, además de contener al conjunto de acontecimientos existenciales, también lo es por el juego de asociaciones, combinaciones de asociaciones, composiciones, combinación de composiciones, de mónadas.

12.       Lo que la historia moderna llama civilizaciones no son más que tibias configuraciones conceptuales de acontecimientos sociales, desbordantes, múltiples y plurales, en constante devenir, que se encuentran atravesados y conteniendo multiplicidad de singularidades. Lo que importa, en este caso, para su comprensión y entendimiento, es este desborde de realidad, sinónimo de complejidad; no, de ninguna manera, la verdad de las teorías, de los conceptos configurantes, como civilización moderna.  

13.       En lo que respecta a la civilización moderna, las asociaciones, composición de asociaciones, la combinación de asociaciones y composiciones, parece tener que ver con conjunciones de mónadas sociales, que perdieron memoria, saber y, sobre todo, la experiencia existencial de la vida. Sustituyendo a la potencia social con ideologías, que instauran fetichismos de toda clase, ilusionando a las sociedades institucionalizadas con promesas, con proyecciones, con expectativas, cada vez menos expresivas, cada vez más banales, como cuando se habla de “desarrollo”.


14.       La modernidad como acontecimiento histórico - usando este concepto discutible, el de histórico, empero, por de pronto, ilustrativo -, tiene de relevante la mundialización - usando también este otro concepto, el de mundialización -, de pretensiones holísticas. La mundialización es como el síntoma, por caminos equivocados, los del sistema-mundo, de lo que somos las sociedades orgánicas en el planeta, en los ciclos vitales de las ecologías de la biodiversidad. Somos eso, un mundo efectivo, en constante devenir; un mundo donde todas las sociedades orgánicas nos encontramos entrelazadas, asociadas, vinculadas y comprometidas.

15.       Ignorar esta evidencia existencial en el planeta, es mostrar no solamente olvido, ignorancia, estupidez, sino apostar a la destrucción del planeta, de la vida, en el planeta, de la vida de las sociedades humanas.


16.       La civilización moderna es precisamente la expresión material y espiritual de este olvido, de esta perdida en el laberinto ideológico;  es el apocalipsis anunciado con anticipación.

17.       Esto no quiere decir que no tengamos que comprender y entender el funcionamiento complejo, diverso, diferencial, de la civilización moderna. Que no tengamos que atender a sus dinámicas moleculares y molares, hablando metafóricamente. Al contrario, hay que comprender, interpretar y explicar estos procesos inherentes a la civilización moderna. Sin embargo, no se puede asumir que esta comprensión, entendimiento y saberes sobre aspectos, tópicos y campos de la civilización moderna, es el conocimiento de la complejidad efectiva, de la realidad efectiva, que sostiene este recorte de realidad. El límite de las teorías modernas, incluyendo al marxismo, con todas sus corrientes, incluyendo a las críticas, se encuentra aquí, en esta limitación impuesta por la pretensión de verdad. Teoricismo, heredero de los mitos de las religiones monoteístas.


18.       Cuando hablamos de la necesidad de cubrir una ausencia, una falta, la del análisis cualitativo de las dinámicas moleculares y molares, inherentes al acontecimiento moderno, debemos destacar que se trata de comprender la participación y la incidencia de asociaciones y composiciones singulares, relativas al acuerdo, para decirlo de ese modo, de estratos y grupos sociales con el objeto de la dominación; es decir, de la subsunción y la subordinación, de no solamente el resto de las sociedades, sino de los espesores territoriales y los flujos de los ciclos vitales.

19.       El acontecimiento moderno, diferencial, plural en sus singularidades y en sus manifestaciones espacio-temporales, puede ser recortado para analizar algunos planos y espesores de intensidad, en determinados contextos y supuestos lapsos, apuntando a identificados procesos intervinientes; sin embargo, estos recortes no explican del devenir constante de la simultaneidad dinámica integral, que sostiene esos recortes, para que sean, si se quiere, configurados. Tan solo pueden vislumbrar aspectos de la fenomenología social. Por otra parte, cuando se analizan estos procesos identificados, en el marco de sus recortes metodológicos, requieren ser interpretados tanto en su efecto masivo cuantitativo, así como en sus efectos estructurales cualitativos. En lo que respecta al proceso de apropiación privada, transformación productiva colectiva y cooperada, y su resultante mercantil privatizada, que el marxismo denomina capitalismo; éste, el materialismo histórico, solo ha enfocado el aspecto cuantitativo del fenómeno, el de la acumulación de capital; es decir, el fenómeno parcial de la valoración dineraria. Falta, por decirlo rápidamente y solo con una anotación, el análisis cualitativo del despojamiento, de la desposesión, el vaciamiento y la destrucción ecología.

20.       Fuera de este proceso relativo a la paradójica situación de la acumulación-destrucción, se dan imbricadamente otros procesos concurrentes. Por ejemplo, el proceso paradójico imaginario-corpóreo de las mallas institucionales, que constituyen la realidad del poder.

21.       Los imaginarios sociales emergen, se conforman y consolidan, además de reproducirse,  solo cuando se da lugar a la des-corporeización de sus configuraciones. Lo que, a su vez, implica, paradójicamente, el acontecimiento de la fenomenología corporal.


22.       Si bien se puede decir que estas fenomenologías relativas a la paradójica efectuación de lo imaginario-corporeidad se da en todas las civilizaciones, no solo en la civilización moderna, lo sugerente es que en la civilización moderna se da de una manera extrema; donde lo imaginario llega a convertirse en el referente y en el sustituto de la fenomenología misma de la percepción, de la representación, de la expresión, del sentido. Escondiendo, en lo profundo, en las sombras mismas de la sociedad, si se quiere, del inconsciente social, el hecho corpóreo, que sostiene este acontecimiento cuando todo los solido se desvanece en el aire.

23.       Otro proceso, entre muchos, citable, por el momento, dejando, para después otros, que pueden ser citables, es la denominada mundialización o globalización, que no es otra cosa, por así decirlo, que la homogeneización, que en la etapa de la modernidad tardía es la banalización generalizada. Este proceso paradójico se da como mundialización-localización; es decir, la mundialización supone una deslocalización, que solo es posible por los tejidos locales.


24.       Sin embargo, lo que importa remarcar, por el momento, en este boceto de teoría, es explicar someramente esta conjetura de la asociación de las mónadas desoladas, de los fragmentos sociales, de una manera compulsiva y perversa;  que apunta obsesiva a esa característica shakesperiana a cuando todo lo solido se desvanece en el aire. La vertiginosidad de la desaparición, que es la modernidad misma.

25.       Lo sugerente de esta primera exposición sobre el boceto de teoría sobe la civilización moderna, es que en la historia – déjenos todavía usar provisionalmente esta palabra y concepto discutible – de la modernidad, las composiciones sociales e institucionales no solamente se dan como asociaciones de fragmentaciones contingentes, sino que se dan de una manera que evidencian la compulsión por una síntesis imposible. La compulsión por lo absoluto.


26.       Lo absoluto expresa metafóricamente la búsqueda tanática por el fin. Devolviendo el sentido oculto en el concepto de capitalismo, lo absoluto es el fin de la historia. La ideología capitalista, por así decirlo, se expresa tanto en la versión liberal como en la versión marxista como fin de la historia.

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