Subsistema-mundo capitalista de la dependencia
Raúl Prada Alcoreza
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Vamos a usar como instrumento metodológico referencial a la teoría de sistemas autopoiéticos, que es parte de la arqueología del saber del pensamiento complejo. Esto para adecuarnos a las connotaciones epistemológicas del concepto sistema-mundo capitalista y del concepto geográfico-político de geopolítica del sistema-mundo capitalista. Ya hemos expuesto nuestra concepción del pensamiento complejo en Episteme compleja. No vamos a volver a repetir nuestras discordancias y diferencias con las teorías de sistemas, así como tampoco nuestros acuerdos y analogías compartidas.
El subsistema-mundo capitalista de la dependencia forma parte del sistema-mundo capitalista; es uno de sus subsistemas. Las características de este subsistema, denominado países y estados-nación periféricos, en el lenguaje de la teoría de la dependencia, y países del “tercer mundo”, en lenguaje económico desarrollista, es que las relaciones con el resto del sistema-mundo viene básicamente dado por la transferencia de recursos naturales y la recepción de productos manufacturados y “bienes” de capital, por así decirlo, que son como créditos que se pagan a intereses dados. Ciertamente, si esta es la relación y la retroalimentación básica; no termina aquí, hay un conjunto de relaciones y retroalimentaciones que se combinan con la relación básica.
La teoría de la dependencia definía a esta relación o bloque de relaciones como dependencia en el sistema-mundo capitalista, de parte de las periferias, respecto del centro de la geopolítica del sistema mundo capitalista. En su interpretación plantea la siguiente dialéctica de la dependencia: el desarrollo del sistema-mundo capitalista produce el subdesarrollo en las periferias de la geopolítica del sistema-mundo. Podemos decir que esta es la condición histórico-política de la dependencia.
Así como hemos extendido la configuración conceptual del sistema-mundo, definiendo un sistema-mundo cultural y un sistema-mundo político, contenidos en el sistema-mundo capitalista, podemos también ampliar la configuración del subsistema-mundo de la dependencia, considerando estos otros sistemas-mundos. Podemos, entonces, hablar del subsistema-mundo cultural y del subsistema-mundo político. En este sentido, vamos a buscar definir ambos subsistemas.
Subsistema-mundo de la dependencia cultural
En el discurso marxista o filo marxista de la de-colonialidad, se habla, por eso, de la colonialidad, como marca cultural de la dependencia, respecto de la hegemonía y dominación del mundo colonial, que para la formación discursiva decolonial es el “occidente”. Como si una parte del mundo dominara a la otra parte del mundo, partes externas entre sí. Supuesto que hace inexplicable la continuidad de la colonialidad, la dependencia y la dominación. La reproducción de la colonialidad, de la dependencia, de la hegemonía y la dominación, no puede darse sino en el mundo, articulando e integrando sus partes. No hay colonialidad en el mundo si no se da una colonialidad interna en el subsistema-mundo; esto es hay colonialidad cuando se renuncia a la autodeterminación cultural y civilizatoria. Como hemos optado, por razones metodológicas, el enfoque sistémico, diremos que el subsistema-mundo de la dependencia cultural aparece como un subsistema cultural que, en vez de transferir su bagaje cultural, para enriquecer la dinámica cultural mundial, solo recepciona la cultura homogeneizante y banal del sistema-mundo cultural. Entonces, ¿qué transfiere al sistema-mundo cultual?
¿Transfiere solamente las formas, figuras, signos, de sus armaduras culturales, acumuladas por la memoria social? Vaciadas, entonces, de contenidos y estructuras prácticas, relativas a los habitus de los pueblos locales. ¿Qué significa este vaciamiento y esta transferencia de formas sin contenido simbólico? Diremos que se trata precisamente del carácter de funcionamiento del sistema-mundo cultural, que hemos llamado simulación. Al apropiarse de las formas, de las figuras y de los nombres, hace como que se tratara de un mundo multicultural e intercultural; que también mundializa la cultura. Cuando es precisamente esto lo que no ocurre. En otras palabras, el sistema-mundo capitalista se apropia, despoja y desposesiona, de los recursos naturales y de sus reservas al subsistema-mundo capitalista de la dependencia; empero, bloquea la transferencia cultural; induciendo más bien a convertir al subsistema-mundo de la dependencia cultural a ser meramente pasivo y receptivo de la cultura homogénea y banal del sistema-mundo cultural. Esta situación, simétricamente distinta, de la dependencia; relación donadora de recursos naturales y retenedora de cultura propia, puede iluminar sobre el carácter complejo de la dependencia.
En el segundo caso, el de la dependencia cultural, la dependencia no se da por transferencia sino por todo lo contrario, por la no-transferencia, por la retención cultural. ¿Qué implica este fenómeno paradójico? La dependencia aparece, por lo menos, en dos planos de intensidad, el plano de intensidad de la transferencia económica y el plano de intensidad de la inhibición cultural. La dependencia no solamente es una dependencia económica de la hegemonía y dominación de los centros del sistema-mundo respecto de las periferias del sistema-mundo, sino una dependencia cultural, en el sentido inverso que hemos anotado. Esto lo han expuesto las corrientes teóricas de la de-colonialidad. Nuestra diferencia con el paradigma de la colonialidad es que la de-colonialidad hace hincapié en la dependencia cultural, concebida como geopolítica de los saberes y de los conocimientos, al mismo estilo que lo hace el paradigma económico crítico, que hace hincapié en la dependencia económica. Son dos versiones del mismo estilo de pensamiento, que denominamos pensamiento de la modernidad.
En la perspectiva de la complejidad, ahora, acotada provisionalmente, desde el enfoque de la teoría de sistemas autopoiéticos, hay más de un plano de intensidad; por lo menos, dos planos de intensidad, lo que ya hace un espesor de intensidad, por más mínimo que sea. Esto implica, a diferencia del pensamiento moderno, que supone el determinismo y la causalidad unilineal, en sus interpretaciones y explicaciones, que la combinación de las composiciones dinámicas de ambos planos de intensidad, funcionan de una manera compleja; exponiendo todavía considerando solamente dos planos de intensidad. Este funcionamiento complejo de las combinaciones de ambos planos de intensidad, no es la co-determinación, que es la hipótesis correctiva de las teorías modernas, incluyendo a las teorías de la de-colonialidad. Tampoco se trata de sobredeterminación, que es la hipótesis correctiva del marxismo. Estas correcciones no dejan de ser deterministas, tampoco causalistas y linealistas. El funcionamiento complejo entre ambos planos de intensidad, plantea lo que llamaremos la sincronización de la dependencia, en la simultaneidad dinámica de la realidad del sistema-mundo capitalista.
Para decirlo de manera sencilla, a pesar de los esquematismo redundantes que connota, diremos que como que se refuerza de manera recurrente y multiplicada, la condición de dependencia del subsistema-mundo capitalista. Dejaremos para después una interpretación más adecuada al pensamiento complejo.
Subsistema-mundo de la dependencia política
Basándonos en la exposición de nuestra interpretación del sistema-mundo político, que consideramos relativo al orden mundial de las dominaciones, diremos que el subsistema-mundo de la dependencia política, desde la perspectiva de la teoría de sistemas, tampoco transfiere su experiencia social política, no aporta su contenido político, sino que también, como en el anterior caso, lo retine y lo practica solamente en su Estado-nación; en la mejor condición, incide en el entorno y en la región. Es el sistema-mundo político el que define las reglas del juego político en el mundo y establece las políticas ejercidas para el mundo y para cada uno de los Estado-nación. La repercusión es parecida al anterior caso; se refuerza la dependencia, de una manera recurrente y multiplicada. Ahora, que consideramos tres planos de intensidad, el económico, el cultural y el político, la complejidad de la combinación de las composiciones dinámicas entre el subsistema-mundo de la dependencia y el sistema-mundo dominante, el funcionamiento aparece de una manera más compleja.
El sistema-mundo no solamente incide en la dependencia económica y en la dependencia cultural, sino también en la dependencia política. Las implicaciones de esta múltiple dependencia, no solamente tienen que ver con el reforzamiento, la recurrencia y el efecto multiplicador de la dependencia, sino que ésta adquiere la condición de mecánicas y dinámicas de las estructuras de sumisión y subordinación, en lo que respecta a las relaciones entre el subsistema-mundo y el sistema-mundo. La complejidad de la dependencia deviene complejidad de la sumisión y la subordinación. Parafraseando a la teoría de la dependencia, diremos que el desarrollo capitalista del sistema-mundo no solamente produce el subdesarrollo de las periferias, sino también produce la sumisión y la subordinación de las periferias. La paradoja de la dependencia y dominación entre el subsistema-mundo y el sistema-mundo se da pues en esta paradójica dinámica de la dependencia. La dominación se efectúa, se aposenta, precisamente en la generación de las dependencias. En otras palabras, el sistema-mundo produce dominaciones porque precisamente en sus entrañas produce dependencias.
Ahora, después de estas definiciones desplegadas, vamos a bosquejar la configuración compleja del funcionamiento de las estructuras, relaciones, prácticas y operaciones de clausura del subsistema-mundo capitalista de la dependencia.
Anti-poiesis del subsistema capitalista de la dependencia
Una de las consecuencias de la dependencia compleja del subsistema-mundo capitalista de la dependencia, es esta fenomenología y genealogía de la anti-poiesis. La anti-poiesis vendría a ser todo lo contrario de la poiesis, que significa creación. El subsistema-mundo se reduciría a una reproducción social negativa o, mejor dicha, a una práctica negativa; esto es, a la anulación de la creación social; en otros términos, a la anulación de su potencia social.
La paradoja entonces es que el sistema-mundo se reproduce y se desarrolla porque el subsistema-mundo muere. Empero, esta paradoja, como bumerang diferido, deriva en la paradoja de la muerte, no en la paradoja de la vida. Ocurre como si un cuerpo viviera debido a la muerte de sus órganos; lo que no es posible bilógicamente, ni corporalmente. Empero, como nos referimos a una corporeidad institucional, a una maquinaria abstracta e institucional, que no tiene vida propia, sino la adquiere absorbiendo y capturando la vida de las fuerzas sociales atrapadas por sus mallas institucionales, la reproducción del sistema-mundo no es vital, sino artificial, acompañada por la reproducción imaginaria de sus “ideologías”.
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