Formaciones espacio-temporales-territoriales-sociales del subsistema-mundo del capitalismo dependiente
Raúl Prada Alcoreza
Formaciones espacio temporales territoriales sociales.pdf
Vamos a continuar con lo planteado en el ensayo Subsistema-mundo del capitalismo dependiente; ahora, esta vez, en enfoque menos teórico y más descriptivo, situándonos en una formación-espacio-temporal-territorial-social singular. Hemos escogido como referente concreto a la formación compleja singular boliviana, que en el lenguaje marxista y gramsciano de René Zavaleta Mercado se denominaba como formación social abigarrada. ¿Por qué ya no hablamos de formación social abigarrada? Hemos reconocido el aporte crítico de Zavaleta al desplegar una interpretación distinta y, podríamos decir, compleja, de la formación social boliviana. Lectura creativa e innovadora, que se separa de la mimesis recurrente y repetidora de los discursos marxistas tradicionales, que lo único que hacen es aplicar mecánicamente un modelo teórico estandarizado, modelo, mas bien, metodológico, en sus interpretaciones llanas de Bolivia y su formación social. Estos monjes “revolucionarios” creen que por lo que hacen, por la repetición memorística de la misma estructura general discursiva, el mismo formato “explicativo” vale para todas partes; solo hay que cambiarle de nombres. Se consideran que son consecuentes y se enorgullecen por haber salvado el marxismo del revisionismo. Este uso de la formación discursiva marxista, en vez de salvarlo, como ellos presumen, lo desgastan, por el uso reiterado y en constante letanía. Los discípulos de Marx terminan matando lo que tenía de vital el marxismo. Entonces, en vez de combatir “ideológicamente” contra los enemigos de clase - usando los mismos términos de la política, en sentido restringido -, lo que terminan haciendo, paradójicamente, es inutilizar el marxismo, que fue, por lo menos, dos siglos, arma de la revolución social; terminan coadyuvando a los enemigos de clase con esta manera de chamuscar el marxismo.
No retomamos el marxismo sino de una manera crítica, además de desplazarnos fuera de su horizonte epistemológico, que consideramos forma parte de la episteme de la modernidad y del pensamiento esquemático dualista moderno. No dejamos de valorarlo, quizás como la formación discursiva de mayor incidencia y convocatoria que las otras formaciones discursivas histórico-políticas. Consideramos que es una de las más valiosas herencias, no solamente teórica, sino sobre todo práctica; apreciando su praxis revolucionaria, por lo menos, antes de tomar el poder. Pero, no nos consideramos marxistas, pues, creemos situarnos ya fuera de los horizontes de la modernidad, de sus formas de pensamiento y de su episteme dualista, a los cuales pertenece el marxismo. Consideramos que incursionamos en los horizontes móviles de la episteme de la complejidad.
En estos horizontes nómadas, se han abierto también otros horizontes ambulantes de las luchas sociales, territoriales, ecológicas, de subjetividades heterogéneas, correspondientes a las nuevas formas de contra-poder y contra-sistema-mundo capitalista. El pensamiento complejo retoma, además de situarse en el zócalo epistemológico de la episteme compleja - zócalo que corresponde a la física relativista y cuántica -, las experiencias sociales actualizadas, las memorias sociales actualizadas y las dinámicas sociales de los pueblos, reconociendo y apoyando a la nueva generación de luchas desatadas. En este sentido, en su connotación política, económica, social y cultural, para decirlo con términos conocidos, se convierte en no solamente en instrumento complejo de lo que antes era la revolución, sino, en el contexto conceptual del pensamiento complejo, es herramienta de deconstrucción de las “ideologías” e instrumento de diseminación de las mallas institucionales del poder. No es la única connotación, sino es una de las múltiples connotaciones entrelazadas, participando en el acontecimiento, como una más de sus múltiples dinámicas singulares. La participación del pensamiento complejo en el acontecimiento no puede considerarse jerárquicamente como la actividad más importante, como lo hacía el pensamiento moderno, en su propio contexto histórico y horizonte epistemológico. En la perspectiva de la complejidad no hay jerarquía, sino simultaneidad y sincronización dinámicas en la complejidad integrada, sinónimo de realidad. Por otra parte, como ya expusimos, el pensamiento no se concibe como pensamiento autonomizado, separado de las dinámicas corporales, sociales y ecológicas, sino que se sabe parte de estas dinámicas materiales. Además, se distingue radicalmente de las pretensiones de verdad de las epistemologías y de la filosofía del pensamiento moderno; no considera que dice la verdad sobre la complejidad, sinónimo derealidad, sino que es meramente un instrumento dinámico de interpretación, que sirve para orientar las acciones de las sociedades alterativas; coadyuvando a la orientación de sus acciones y prácticas. Colabora en la comprensión afanosa de la simultaneidad dinámica y la complejidad integrada de la realidad; sobre todo, contribuyendo a la necesaria comunicación de las sociedades humanas con todos los seres del pluriverso.
No se trata de un pensamiento revolucionario, al estilo se los pensamientos críticos y contestatarios de la modernidad, al talante del marxismo, sino de un pensamiento reintegrado al cuerpo y a las corporeidades sociales, así como a los espesores de intensidad ecológicos de la biodiversidad; espesores que abarcan a las vibraciones, ondas y corporeidades complejas infinitesimales cuánticas; también a vibraciones, ondas y corporeidades complejas molares relativistas y gravitacionales. Un pensamiento que forma parte de las dinámicas de las cuerdas, en sus distintas escalas, de las composiciones de las partículas infinitesimales, de las combinaciones y composiciones de las fuerzas fundamentales del pluriverso, de las composiciones atómicas y moleculares, de las composiciones vitales de las macromoléculas; por lo tanto, de las combinaciones y composiciones complejas singulares de la vida. Se concibe como una actividad vital, en la proliferante constelación de actividades y dinámicas del planeta, que se encuentra en el complejo tejido del espacio-tiempo del pluriverso. Forma parte de la sincronización dinámica y simultanea del pluriverso.
En esta sincronización dinámica y simultánea del pluriverso, el pensamiento integrado a la percepción, al cuerpo, es inmanente en la materia; materia oscura y luminosa que es vida, en sentido amplio, es inmanente en la existencia, en las distintas escalas del tejido espacio-temporal del pluriverso. También, para decirlo provisionalmente, se puede sugerir la hipótesis eventual de que el pensamiento es inmanente en la existencia e inmanente y trascendente en la vida, en sentido biológico; adquiriendo las formas evocativas de expresión en las sociedades humanas. El acontecimiento primordial, para decirlo de esta manera no adecuada, es la vida, tanto en su sentido amplio, como existencia, así como en sentido restringido, como vida, en sentido biológico. Éstas son conformaciones complejas, que no están separadas, ni se distinguen delimitadas, sino que forman parte de lo mismo, de la misma complejidad integral del pluriverso, del tejido del espacio-tiempo, en distintas escalas. Se puede decir, circunstancialmente, que la combinación de composiciones complejas singulares de la vida, en sentido biológico, tiene como substrato complejo, la vida, en sentido amplio, de la existencia.
Una vez expuestas estas consideraciones contextuales, desde la perspectiva de la complejidad, podemos pasar al tema del ensayo, que es el de las formaciones espacio-temporales-territoriales-sociales del subsistema-mundo del capitalismo dependiente.
Perfiles de formaciones espacio-temporales-territoriales-sociales del subsistema-mundo del capitalismo dependiente
Hemos dicho que el subsistema-mundo del capitalismo dependiente forma parte del sistema-mundo capitalista y de su geopolítica. Las formaciones espacio-temporales-territoriales-sociales forman parte de las combinaciones y composiciones complejas integradas de las ecologías de la biodiversidad. En este sentido, la configuración conceptual es más amplia en las formaciones espacio-temporales-territoriales-sociales que en el subsistema-mundo del capitalismo dependiente y en el sistema-mundo capitalista. Pues su complejidad abraza la condición de posibilidad ecológica de la vida; por lo tanto, de las sociedades, no solo humanas, sino orgánicas e inorgánicas, usando estos conceptos discutibles heredados. De esta manera, la comprensión de la perspectiva de la complejidad, que compartimos, va más allá y se encuentra más acá de la perspectiva - también compleja - de la teoría de sistemas autopoiéticos, que utilizamos metodológicamente en el anterior ensayo.
Para simplificar la larga denominación de formaciones espacio-temporales-territoriales-sociales, vamos a llamarlas, como hicimos en anteriores ensayos, formaciones eco-sociales. Estas formaciones eco-sociales son composiciones complejas singulares, que articulan e integran dinámicamente planos y espesores de intensidad de ciclos de vida del tejido espacio-temporal-territorial-social. En la comprensión de estas complejidades dinámicas, es indispensable entender los funcionamientos dinámicos entrelazados de estas formaciones singulares; concebir el mapa, en distintas escalas, de las dinámicas de las sincronizaciones inherentes a las formaciones. Para ilustrar lo que decimos, diremos que, por ejemplo - solo tomando algunos planos y espesores de intensidad seleccionados, usando los nombres acostumbrados -, que las formaciones eco-sociales articulan, en combinaciones singulares, los distintos planos y espesores de intensidad, situándose como matriz de los planos y espesores de intensidad social; que envuelve y enlaza a los planos de intensidad económico, político y cultural. Toda esta integración dinámica, a su vez, se integra a la complejidad entrelazada e imbricada de los ciclos vitales de la biodiversidad.
Se trata de formaciones eco-sociales que requieren pensarse, concebirse, imaginarse, conceptualizarse, interpretando las dinámicas simultáneas de la complejidad. La interpretación, que lleva a la comprensión, también a la explicación, por ende, a teorías de la complejidad, no abarca toda la complejidad de la realidad, pues no podría hacerlo. Lo que hace es aproximarse, mediante interpretaciones circundantes, que reducen la complejidad, conformando una complejidad hermenéutica, ciertamente instrumental y provisional, en la medida que las vinculaciones entre experiencia social, memoria social e interpretación social, se enriquecen. No hay verdad, sino un aprendizaje social permanente.
Dijimos que el subsistema-mundo del capitalismo dependiente forma parte del sistema-mundo capitalista. El sistema-mundo capitalista se encuentra en los espesores intensos de la biodiversidad; forma parte de sus ecologías. El subsistema-mundo del capitalismo dependiente tiene la misma situación que el sistema-mundo, solo que a escala menor y en un pedazo, por así decirlo, de la voluminosidad esférica de los espesores intensos de la biodiversidad. Ambos, el subsistema-mundo y el sistema-mundo, forman parte de las dinámicas ecológicas integradas de los ciclos vitales de la biodiversidad. Sin embargo, ambos se consideran superiores a la naturaleza; es más, creen que la dominan y controlan. No se dan cuenta, no tienen consciencia, por así decirlo, que dependen de los ciclos vitales de la biodiversidad, de las dinámicas ecológicas y de la armonía de los ecosistemas, donde se encuentran. Al creer imaginariamente que son superiores, que forman parte de la jerarquía lograda por la evolución, se comportan como si fueran realmente autónomos respecto a la biodiversidad y sus ciclos vitales. Entonces, se presentan, al disociarse imaginariamente e institucionalmente, de las ecologías y los ecosistemas, como una obstrucción de los ciclos vitales, como factores des- cohesionadores de las articulaciones integrales de la complejidad, convirtiéndose en una amenaza para la vida, sobre todo, para la sobrevivencia humana.
En la sincronización compleja y dinámica del planeta y del pluriverso, donde se encuentran el sistema-mundo y el subsistema-mundo, pareciera que se comportasen de-sincronizada-mente afectando a la sincronización integral del pluriverso, particularmente del planeta, en sus distintas escalas. Empero, no puede ocurrir esto, precisamente porque el conjunto de constelaciones de combinaciones y composiciones del pluriverso y del planeta funciona como sincronización integral y simultánea. Lo que parece pasar, mas bien, es que en esta sincronización integral simultánea y cambiante, como expusimos en otro ensayo, al afectar del modo como lo hace y hemos descrito, al contaminar, al depredar, al obstruir los ciclos vitales y destruir la coordinación armónica de los ecosistemas, la sincronización integral del planeta, modifica las formas de sus sincronías integradas.
Ni el sistema-mundo ni el subsistema-mundo dominan las ecologías integrales y los ciclos vitales de la biodiversidad; ésta es una pretensión imaginaria de las mallas institucionales del sistema-mundo; pretensión que sólo se da y asume en la “ideología” antropocéntrica del sistema-mundo capitalista y del subsistema-mundo del capitalismo dependiente. Lo que ocurre efectivamente es que en los contextos y formas de sincronización desatadas, el sistema-mundo y el subsistema-mundo son diseminados por la vida misma, en toda su complejidad integral y dinámica.
¿Cómo puede ocurrir esto? Por lo menos, hipotéticamente, podemos sugerir algunas alternativas; quizás dos, fuera de las que mencionamos en otro ensayo. Las sociedades alterativas, que escapan a la captura y al control de las estructuras de poder, pueden actuar en contra del sistema-mundo capitalista, buscando su deconstrucción, su desmantelación y su diseminación. Otra alternativa, la sincronización integral genera la desaparición de las sociedades humanas, al no poder éstas resolver el problema mayúsculo, la amenaza a la vida de parte del sistema-mundo capitalista. Esta última hipótesis es corroborable, dadas las condiciones de posibilidad, la complejidad dinámica y simultanea del planeta y del pluriverso. No parece posible que las sociedades humanas destruyan la vida en su compleja totalidad creativa, en el planeta; mucho menos, en el pluriverso.
El sistema-mundo, por tanto, el subsistema-mundo, se han convertido en formas y estructuras institucionales de contra-vida o anti-vida. Son máquinas destructivas de los ecosistemas y los ciclos vitales. En esta situación catastrófica, no es sostenible hablar de “progresismo”, incluso de “socialismo”, como si fueran algo distinto, desde la perspectiva ecológica, al “conservadurismo” y al capitalismo liberal. Forman parte del mismo sistema-mundo capitalista, así como en su pertenencia al sistema-mundo político, el orden mundial de las dominaciones. Se trata de matices de la misma afectación contra la vida. El “progresismo” mentado solo fuese sostenible si la complejidad se redujese a los límites del plano de intensidad y el espesor social, obviando las dinámicas ecológicas, que son la matriz de los substratos, que hacen de condiciones de posibilidad vitales de las sociedades. Esta reducción de la complejidad es meramente “ideológica”, solo puede sostenerse imaginariamente. Desde la perspectiva ecológica, el “progresismo”, el “socialismo”, son tan “reaccionarios” y peligrosos, como lo son las versiones “conservadoras”, liberales y neoliberales del sistema-mundo político.
El problema o la problemática, que enfrentan las sociedades, no se restringen ni se circunscriben al tamaño delimitado como problemática social, incluyendo la problemática política y la problemática económica, tal como se interpretó en las corrientes críticas, contestatarias y “revolucionarias”, de la era de la modernidad. Quizás, podía sostenerse esta interpretación, en los horizontes de la experiencia social moderna, en una primera etapa de la modernidad y del capitalismo; mientras no incidían en la extensidad e intensidad, como ocurrió en las siguientes etapas, incrementándose el impacto cada vez más. Esta temprana consideración positiva de las formaciones discursivas modernas no deja de ser “ideológica”; solo que la “ideología”, en aquél entonces, no era tan evidente como ahora para la experiencia social. No hablamos de la comprensión e interpretación ni de la “ideología” sociales, tampoco de las posiciones, prácticas y relaciones estructurantes, sino del espesor de la experiencia social. Espesor de la experiencia social hecha de inscripciones sensibles como huellas hendidas en los cuerpos, que son memorias sensibles; experiencia social que no necesariamente se procesa conscientemente por parte de las sociedades institucionalizadas.
Dinámicas complejas del poder en las ecosociedades
Formaciones-espacio-temporales-territoriales-sociales y dominación
Desde la perspectiva de la complejidad, las dominaciones del sistema-mundo capitalista se ejercen no solamente sobre la sociedad, capturando a las fuerzas sociales que no escapan a la captura, constituyendo la sociedad institucionalizada. Quedando los flujos de fuga de las fuerzas sociales no atrapadas como sociedad alterativa. Sino que se efectúan incidencias e impactos negativos en los espesores ecológicos, sin lograr dominarlos, como dijimos. Esta situación más amplia y más compleja que lo que se observó e interpretó respecto al poder en las formaciones sociales, implica, por su mayor complejidad, replanteamientos en la interpretación de las dinámicas complejas del poder.
Hemos dicho que el poder es parte de la economía política generalizada. Esto es entendido en lo que respecta a los planos y espesores de intensidad sociales. Sin embargo, ¿ocurre lo mismo cuando consideramos la complejidad dinámica ecológica? ¿Podemos hablar de economía política generalizada cuando el contexto dinámico es la ecología o el Oikos, que nos cobija? Vamos a tratar de responder eta pregunta.
Hablamos de economía política al referirnos a la bifurcación efectuada entre lo concreto y abstracto en los planos de intensidad de la sociedad, dándose lugar distintas economías políticas singulares, que valorizan lo abstracto y desvalorizan lo concreto en cuestión, de acuerdo a la referencia. Articulándose todas estas economías políticas en la economía política generalizada integrada. ¿Podemos extender estos procesos y sus efectos en lo que respecta a la complejidad simultánea y dinámica ecológica integrada en el planeta?
No parece factible hacerlo por varias razones. No solo porque no hay sujetos sociales en los ecosistemas, aunque sí, como hemos expuesto en otro ensayo, subjetividades inmanentes, devenidas de las memorias sensibles inmanentes, sino que el poder, las máquinas económicas, las máquinas de guerra, las máquinas políticas, del sistema-mundo capitalista, no puede efectuar esta separación de lo concreto respecto de lo abstracto en el Oikos, de la misma manera que no puede hacerlo respecto a los cuerpos, respecto a las dinámicas corporales. El cuerpo no se separa de su manifestación sensible, de su potencia energética, sino que las mallas institucionales se apropian de parte de las fuerzas de la potencia social; fuerzas separadas de lo que pueden, de su potencia; fuerzas convertidas, en condición de capturadas, en poder, que ya es economía política, en su singular valorización abstracta, separada de la potencia concreta. Este fenómeno de la economía política acontece imaginariamente e institucionalmente, sobre la base de la apropiación de energía vital. Esta fenomenología de la economía política generalizada no puede darse en el Oikos o con respecto al Oikos. Primero, porque efectivamente no se da ni en el cuerpo, sino en el sujeto social; en tanto el sujeto es constituido por el poder, por los diagramas de poder. El sujeto es un producto del poder, cuando el poder se inscribe en la superficie del cuerpo y en el espesor del cuerpo. En la superficie del cuerpo como archi-escritura de huellas de la historia política; en el espesor del cuerpo como marcas de huellas genealógicas del poder, ateridas como gramatología de las dominaciones. La subjetividad sumisa, subordinada, moldeada por el poder, emerge de estos traumas. El sujeto deviene en la síntesis dinámica de la heterogénea subjetividad constituida.
Es en el sujeto, que es la composición edificada de las inscripciones del poder en el cuerpo, que quedan para la memoria sensible, como traumas, que se interpretan simbólicamente a partir de las armaduras culturales; armaduras culturales que adquieren significaciones a partir del lenguaje de las estructuras “ideológicas, que se institucionalizan, cuando las prácticas, acciones y comportamientos del sujeto social devienen en habitus. ¿Cómo impacta el desenvolvimiento destructivo del sistema-mundo capitalista en los ecosistemas, en las memorias sensibles inmanentes, en las subjetividades inmanente? No lo sabemos. No se ha investigado este efecto por parte de las ciencias de la modernidad. Es tarea de las multidisciplinas del pensamiento complejo hacerlo. No podemos, entonces, hablar de economía política cuando el contexto es la biodiversidad. Entonces, ¿qué ocurre? Podemos, al respecto, lanzar algunas hipótesis prospectivas de interpretación.
Los límites del poder del sistema-mundo capitalista
1. El sistema-mundo capitalista desconoce la complejidad dinámica y simultanea del Oikos; no conoce ni sospecha de la existencia de las subjetividades inmanentes del Oikos, que emergen de las memorias sensibles inmanentes de las ecologías del planeta. En consecuencia, la economía política generalizada no se extiende a los espesores del Oikos. Sin embargo, sabemos que el sistema-mundo se apropia de lo que la economía llama recursos naturales, depredando, contaminando y destruyendo los ecosistemas. Se apropia de las materialidades de los recursos naturales, convertidos en objetos de explotación, imaginariamente, institucionalmente y económicamente. Supone que se apropia de la energía contenida; empero, hay que tener en cuenta que la “ideología” del sistema-mundo reduce la representación de la energía a su condición fluida de fuerza cosificada; la considera también objeto. No comprende que la energía es potencia; por lo tanto, vida, en sentido amplio. No se comunica con la energía, sino solo la usa, sin calcular las consecuencias, pues el sistema-mundo no controla la energía; lo que hace es desencadenar procesos de flujos energéticos que no controla, aunque sí los utilice y canalice mediante sus maquinarias, entre ellas las maquinarias industriales.
2. La utilización de las fuerzas energéticas cosificadas es medida por la contabilidad capitalista; medida físicamente y convertida esta medida en cuantificación de valor abstracto, de valor de cambio, dinerario, denominado capital. Estos son los recursos del uso capitalista de la energía. Son también los límites de su pretendido control y dominio de la naturaleza.
3. En consecuencia, más que destruir la complejidad dinámica y simultánea de los espesores ecológicos, lo que destruye, sobre todo, es la relación de las sociedades humanas con el Oikos. Afectando notoriamente a las sociedades, mermando sus capacidades de sobrevivencia. El Oikos, en el desenvolvimiento de las estructuras de ciclos de larga duración, se regenera; la vida se reinventa y se recrea constantemente. Si las sociedades humanas no resuelven este problema de la destrucción sistemática de sus relaciones con el Oikos, la vida se regenerará sin el ser humano.
4. Otra consecuencia; al final, la destrucción efectuada en los ecosistemas es efectivamente destrucción de las sociedades humanas. Esta destrucción se efectúa principalmente a través los procesos de explotación de base extractivista del sistema-mundo capitalista; que funciona como geopolítica, definiendo dos geografías económicas. Una de ellas, la economía preponderantemente extractivista, en las periferias, con todas las combinaciones singulares que se puedan dar, mediante los despliegues industriales y financieros. La otra de ellas, la economía preponderantemente industrial, en los centros, durante las primeras etapas de la modernidad y primeros ciclos del capitalismo; ahora, en la contemporaneidad, preponderantemente economía especulativa. También la destrucción se efectúa como consecuencia de la contaminación y la depredación, donde juega un papel demoledor el proceso productivo capitalista.
5. Estos son los límites del poder y del telos, por así decirlo, que proyecta el sistema-mundo como finalidad para el porvenir de las sociedades humanas.
Estado-nación subalterno en los límites del poder del sistema-mundo capitalista
El Estado-nación subalterno de las periferias de la geopolítica del sistema-mundo capitalista, es la institución imaginaria de las sociedades en las latitudes expandidas de las periferias. Se trata de una maquinaria fabulosa, de composiciones complejas singulares, según el contexto, el periodo, la historia política singular, la combinación de cultura propia y la cultura recepcionada del sistema-cultura-mundo. Su función es garantizar la transferencia de los recursos naturales, en las condiciones establecidas de los términos de intercambio, por parte el sistema-mundo político, contenido en el sistema-mundo capitalista. Solo tiene márgenes de maniobra posibles, acotados por el orden mundial de las dominaciones. Aunque se den variedades de formas de gubernamentalidad en los Estado-nación subalternos, el sistema-mundo capitalista, a través de los dispositivos, engranajes y mallas institucionales globalizadas, garantiza la reproducción y acumulación de capital. Pueden darse contradicciones entre algunas formas de gubernamentalidad, por ejemplo, populistas y “progresistas”; empero, estas contradicciones no trastocan ni alteran el funcionamiento de las máquinas de poder, de las máquinas económicas, de las máquinas de guerra, de las máquinas culturales, del sistema-mundo capitalista. A lo mucho que llega estas contradicciones es causar molestias en la hiper-burguesía mundial y en las burguesías nacionales, en la burocracia del orden mundial y en las burocracias nacionales, en la casta de funcionarios del sistema financiero internacional y de los funcionarios banqueros nacionales. Esto ocurre porque la burguesía internacional, su burocracia y sus funcionarios, acompañados por sus homólogos nacionales, no conocen el funcionamiento de sus estructuras de poder, de sus diagramas de dominación y sus cartografías políticas, aunque conozcan el funcionamiento de sus máquinas de poder, económicas, de guerra y culturales; anotando que no calcula sus efectos.
Lo que hay que investigar en los Estado-nación subalternos son sus formas de gubernamentalidad. Estas formas son procedimientos efectivos de la maquinaria abstracta del poder; es donde se realiza efectivamente la idea y la forma del Estado. A propósito, sugerimos una interpretación hipotética de estas formas de gubernamentalidad singulares, teniendo como referente a la formación espacio-temporal-territorial singular boliviana.
Perfil de la gubernamentalidad clientelar
1. La genealogía de la gubernamentalidad en Bolivia, se constituye en la conquista. Primero, como gubernamentalidad colonial; segundo, como gubernamentalidad liberal, rota intermitentemente, por formas de gubernamentalidad patrimoniales y dictatoriales; tercero, como gubernamentalidad populista, que no deja de ser liberal, empero, trastocada en una mezcla barroca, que la convierte en gubernamentalidad clientelar; cuarto, como gubernamentalidad neoliberal; quinto, en la actualidad, como una renovada gubernamentalidad clientelar, que combina con simulaciones populistas, simulaciones socialistas y simulaciones comunitarias.
2. La gubernamentalidad clientelar, renovada y reforzada, expandida e intensificada, se afinca haciendo funcionar un conglomerado maquínico; maquinarias barrocas de poder; maquinarias extractivistas de la administración económica y política de la renta que dejan las empresas trasnacionales. Maquinarias de represión, que funcionan acompasadas, a pesar de sus rivalidades gremiales, una; simulando ser un ejército militar; la otra, siendo efectivamente policía. Los dos aparatos de emergencia del Estado funcionan como contra-insurgencia y represión de movilizaciones sociales.
3. La gubernamentalidad clientelar se caracteriza por sustituir la convocatoria popular por la expansión de las relaciones clientelares. Trayendo a colación, la expansión de las formas paralelas del poder no institucionalizadas, la intensificación de la economía política del chantaje, el uso desmesurado de la demagogia y las formas mezcladas de simulación. Entre las formas de simulación barrocas, se encuentra la comedia de la democracia, refiriéndonos a la democracia formal e institucional, convertida en comedia mediocre.
4. Siendo ya la gubernamentalidad clientelar una repetida versión, es ya un teatro político, de disminuida calidad, que está más cerca del drama que de la tragedia. En estas condiciones, tiende a generar las formas más grotescas de la violencia, simbólica y descarnada; tratando de ocultarlas con estridente propaganda y desmesurada publicidad. Ilusionándose e ilusionando a sus creyentes, esperando se puede sustituir la realidad con la difusión estereotipada de propaganda y publicidad chabacana.
5. El ejercicio de la política, en la gubernamentalidad clientelar renovada, tiende a convertirse en un constante forcejeo, en una permanente cadena de empujes y empellones; afrontando los problemas sin tacto ni talento. Alardeando desenfrenadamente, síntoma de su vulnerabilidad e inseguridad, de su pérdida de convocatoria y legitimidad desaparecidas; convertidas en usos utilitarios de la legalidad. Incluso tiende con más inclinación a cometer delitos constitucionales, vulnerando la Constitución, las leyes y las normas; cometido fraudes electorales, en sus últimos periodos de gestión.
6. En los últimos periodos de gestión, la gubernamentalidad clientelar renovada, en su desesperación, por la crisis política, sentida por su atareada gubernamentalidad, no lograda, recurre a la proliferación de corrupciones, generando, más que en otras formas de gubernamentalidad, la dramática corrosión institucional. Lo único que le queda a mano es mostrar prepotencia, aparentar a gritos seguridad y fortaleza, que visiblemente no las tiene. Arrollar derechos constitucionales, civiles, políticos, sociales, colectivos y derechos de los seres de la biodiversidad, derechos establecidos por la Constitución.
7. Ante los escándalos desatados, la audacia criolla, ya desgastada, atina a montar tramoyas para desarmar a la “oposición”, que efectivamente no es ningún peligro para la gubernamentalidad clientelar; pues no solamente es débil, sino su “oposición” resulta efectivamente complementaria al “oficialismo”. Atina a construir, ociosamente, montajes para justificar retrasos y rezagos del programa de gobierno, que, a todas luces, es un evidente incumplimiento de la Constitución. Montar comedias dramáticas pasionales para echar cortinas de humo, cuando se descubren estruendosos escándalos de corrupción y delitos económicos contra el Estado.
8. Estos síntomas asombrosos, sobre todo, por la magnitud de su intensidad y expansión, correspondientes a las formas paralelas del poder y a la economía política del chantaje, que prácticamente no solo han atravesado las mallas institucionales, sino que, también, las formas paralelas del poder han terminado cooptando a las formas institucionalizadas del poder. Lo que queda es la inercia inútil de las estructuras normativas y la demagogia embustera, queriendo demostrar que se cumple.
9. Sumando a esta catastrófica calamidad política, entre las formas de la economía política del chantaje, ha cobrado preponderancia la economía política de la cocaína.
10. En consecuencia, la crisis múltiple del Estado-nación, en las periferias, la crisis múltiple del Estado-nación subalterno, deriva en la administración improvisada de la crisis política.
11. En el caso boliviano, esta gubernamentalidad clientelar renovada, adquiere su singularidad propia, debido a los componentes debilitados del gobierno y de la gestión estatal.
12. La singularidad local de esta gubernamentalidad clientelar en Bolivia, adquiere una tonalidad desalentadora y desmoralizante, porque, a diferencia de otros gobiernos “progresistas”, se ha apostado con ingenuidad supina y petulancia tonta, a la destrucción de las organizaciones sociales, al ahogar sus autonomías de funcionamiento, sin dejar siquiera aunque sea un poco de libertad. También se ha apostado al vaciamiento del partido populista, al no generar ni apoyar la formación de su militancia, que está compuesta, de manera deportiva, como se invita a afiliarse a los hinchas del equipo de futbol, dejándolo como una caja vacía, donde resuena la voz machacona y monótona del caudillo y las voces aduladoras de sus voceros. Sin partido ni organizaciones sociales solventes, convertidas en pantomimas, el gobierno y la gubernamentalidad clientelar quedan expuestos y vulnerables ante las contingencias políticas y económicas.
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