viernes, 15 de julio de 2016

Desenlaces de la barroca decadencia

Desenlaces de la barroca decadencia


Raúl Prada Alcoreza

 

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La decadencia de la civilización moderna, que corresponde al sistema-mundo capitalista, parece haber, no solo ingresado a la etapa de su propia decadencia, que hemos denominado la era de la simulación, en la época del nihilismo, era y época que corresponden a la larga historia de la modernidad, sino también ha adquirido formas barrocas, entremezcladas, no necesariamente armónicas; sino, mas bien, desajustadas y hasta incongruentes.  Por así decirlo, se asocian las formas más posmodernas con las formas más ultra recalcitrantes conservadoras. Uno de los ejemplos es la conformación del Estado Islámico, conocido como ISIS.

Al respecto habíamos planteado algunas hipótesis interpretativas[1], para auscultar este fenómeno político-religioso singular, que aparentemente responde a un discurso fundamentalista musulmán, articulado a una sorprendente empresa de monjes armados, que venden petróleo a “occidente” y se arman a través de los circuitos comerciales ilegales, que el “occidente” emplea, para realizar uno de sus negocios más rentables y jugosos, el contrabando de armas.  Esta no es la única conexión barroca, en esta formación barroca singular tardía entre los sedimentos más rezagados y conservadores, no de una religión, sino de una interpretación de la religión monoteísta, desde un enfoque reduccionista y estrechamente esquemático, con las agencias de inteligencia de las potencias “occidentales”. Todo esto a nombre del Corán, y también de la lucha contra el demonio de “occidente”.

Entre las preguntas, respecto a este fenómeno barroco del capitalismo tardío y de la modernidad, en su crepúsculo, no solo deben figurar ¿quiénes son los del ISIS?, ¿qué es el ISIS?, sino también ¿por qué se dan esta combinación tan incongruente en la etapa de la decadencia de la modernidad y el capitalismo? Así como, vale la pena preguntarse ¿cómo funciona este bricolaje incongruente? Vamos a tratar de responder estas preguntas, en principio, de una manera hipotética interpretativa, sugiriendo tópicos de investigaciones, abordando la problemática desde la perspectiva de la complejidad. Lo hacemos recogiendo las hipótesis interpretativas expuestas en otros ensayos.

El dispositivo barroco religioso-militar

1.   Como dice Anne Alexander[2], las sociedades del Medio Oriente no pueden concebirse como si fuesen formaciones sociales y estructuras inherentes estáticas, como congeladas en la Guerra de las Cruzadas, por así decirlo. Al contrario, como toda formación social y estructurada socialmente, así como políticamente, en sus historias singulares, dada su propia complejidad, en los contextos cambiantes, mutantes y globalizantes, del sistema-mundo, son dinámicas. Sus formaciones sociales diferenciales y sus estructuras componentes singulares son dinámicas. Es un absurdo sugerir la idea preconcebida y prejuiciosa de que se trata de una “Guerra Santa”, de los fieles de Mahoma contra los infieles, que dominan el mundo, encarnando el demonio. Cundo se lee los medios impresos, se escuchan y se ven los medios audiovisuales de las telecomunicaciones, uno se encuentra ante la proliferante alocución de estos disparates, que los propios políticos del mundo, tanto de las potencias dominantes, como de los Estado-nación subordinados, repiten mecánicamente. Incluso, los que hacen de “analistas” de estos medios, de difusión mundial, reproducen estos pobres y estrechos esquematismos, que están más cerca a los dibujos animados, que de la representación manifiesta, incluso descriptiva, de lo que ocurre. Son las agencias de inteligencia las que se encargan de atizar el fuego con estos pobres argumentos no discernidos.

2.   Los países del Medio Oriente están atravesados por la geopolítica del sistema-mundo capitalista, geopolítica global, que los ha convertido, en la división del trabajo a escala mundial, en países exportadores de petróleo. Desde su incorporación al sistema-mundo, sus estructuras de poder se adecuan, de tal forma, engranando lo disímil, para garantizar la transferencia de este recurso tan cotizado e indispensable para la civilización de la energía fósil. Las monarquías absolutas tardías, incluso, mas bien, despóticas, se convierten en dispositivos de poder local y regional del sistema-mundo capitalista, del orden de dominaciones a escala mundial, que es inapropiado seguir caracterizándolas como monarquías tradicionales.


3.   Los regímenes militares, que han derrocado a las monarquías, responden también a la demanda de orden del poder mundial, configurado por las dominaciones polimorfas del orden mundial. No solamente en los casos donde es evidente su conexión servil y cipaya con el imperialismo, sino también, en los casos donde aparentemente, se rebelan contra la “dominación extranjera”, imperialista y “occidental”. Al sistema-mundo capitalista no le interesa cómo hablan sus servidores, sus engranajes, sus marionetas, sino que se cumpla, de la manera más eficiente, que se pueda, aunque sea con distintos métodos y discursos, dependiendo, con el funcionamiento de las máquinas económicas, maquinas extractivistas y máquinas de poder, que conforman las dominaciones polimorfas del orden mundial.

4.   La aparición de los fundamentalismos musulmanes posmodernos como ALKAEDA e ISIS, muestra una nueva forma política-militar-religiosa de garantizar la transferencia de la energía fósil al imperio. No hay mejor prueba de esto que la venta del petróleo robado, en las zonas de ocupación, a las odiadas empresas “occidentales”.


5.   Por otra parte, estos dispositivos religiosos-militares, que se presentan, en la pornografía de los medios de comunicación de masa, como fundamentalismos religiosos, sirven, a la vez, como aparatos de destrucción de lo que quedan de los regímenes árabes con poses de resistencia.

6.   Ahora bien, lo más perverso es cuando estos dispositivos barrocos, aparentemente religioso-militares-políticos fundamentalistas, develan sus conexiones con los servicios de inteligencia de la potencia “demoniaca”, más odiada por los supuestos fundamentalistas. La pregunta es: ¿cuál es el juego de poder?


7.   Los atentados de estos aparatos militares-religiosos, desde el 11 de septiembre del 2001 hasta el atentado reciente en Niza, parecen y son presentados así, como parte de “planes elaborados” de destrucción “terrorista”, por parte de estas organizaciones fanáticas; así como también, en los recientes atentados, como acciones de “lobos solitarios” desesperados. Otra pregunta: ¿es creíble, mejor dicho, es sostenible, esta trama tan difundida en los medios de comunicación, tan aceptada por los políticos y gobiernos, incluso por organismos internacionales, tan aplaudida por las agencias de inteligencia?  
8.   Esta versión tan difundida sufre de vacíos, lagunas, inconexiones, de tal manera, que no llega a conformar una trama, tampoco una narración completa. ¿Cómo pueden semejantes fanáticos fundamentalista religiosos establecer relaciones con agencias de inteligencia de las potencias “occidentales”? ¿Cómo explicar que vendan petróleo a las empresas de los Estado-nación dominantes del “occidente”? ¿Solo porque requieren armas y necesitan dinero para comprarlas? ¿Cómo explicar claramente lo ocurrido el 11 de septiembre? ¿Por descuido del sistema de seguridad de los Estados Unidos de Norte América? ¿Cómo explicar que las potencias mundiales, preparadas para una guerra nuclear y de movilización gigantesca de ejércitos, tecnológicamente equipados, no puedan destruir a columnas exaltadas de fanáticos armados con fusiles, ametralladores, tanques y misiles de corto alcance? Son algunas de las preguntas sin responder en los discursos mediáticos, políticos y de protesta moral.

9.   Por otra parte, cuestionando, un poco, alguna hipótesis que compartimos, que es la de la “conspiración”, maquinada por los servicios de inteligencia - aunque no creamos en esta simplona “teoría de la conspiración”, la que llevó a montar estos fundamentalismos religiosos armados, llegando al extremo de constituir artificialmente un “Califato islámico”; la pregunta que nos mueve el piso es: ¿pueden haber llegado tan lejos los servicios de inteligencia de tramar atentados, de la manera más sinuosa, contra sus propias sociedades y pueblos, precisamente, para atizar la guerra, no tanto contra estos dispositivos religioso-militares fundamentalistas, como vemos, según la hipótesis sugerida, sino contra las soberanías de los países periféricos, que cuentan con el codiciado recurso del petróleo?


10.       Aunque esta hipótesis la hayamos lanzado como posibilidad, una tanto incierta, no es fácil sostenerla. De todas maneras, es indispensable no solamente investigaciones minuciosas, obviamente no jurídicas ni policiales, sino socio-políticas, incluso investigaciones de alcance genealógico, sobre las transformaciones en las máquinas de poder, en las máquinas de guerra, en las máquinas extractivista, del sistema-mundo, en su fase de acumulación especulativa.

11.       Lo que si podemos sostener como interpretación, en el contexto mundial del presente, es que todos los pueblos del mundo enfrentan a una hiper-burguesía mundial, que domina globalmente, domina el mundo institucional, no el planeta, que ha decidido sacrificar a los pueblos, en aras de su acumulación especulativa y extractivista.




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