martes, 5 de abril de 2016

Flujos, instituciones y diseminaciones

Flujos, instituciones y diseminaciones


Raúl Prada Alcoreza


 

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Parece que las composiciones complejas y singulares de los flujos sociales, abarcando toda la pluralidad de variedades particulares, dadas y por darse, equilibran estas composiciones logradas, articulando las fuerzas fundamentales del universo, consiguiendo integrar a las fuerzas componentes; obteniendo generar funciones, de acuerdo a estructuras operativas conformadas. Ahora bien, estas composiciones pueden no alterar sus estructuras constitutivas o, mas bien, pueden transformarse en intermitentes restructuraciones, haciendo más complejas las composiciones y las estructuras. Sin embargo, en ambos casos, las estructuras o restructuraciones garantizan equilibrios o equilibraciones cambiantes,   alcanzando el cumplimiento de funciones, que pueden ser las mismas o un conjunto más complejo.

Las instituciones, como composiciones singulares de las sociedades humanas, que conforman estructuras estables o en constante estabilización, definen, por así decirlo, periodos más o menos largos. Pero, después de un periodo, más o menos largo, parece que las instituciones ingresaran a una etapa disfuncional, que puede interpretarse como que las fuerzas fundamentales articuladas se desarticulan; por lo tanto, que la integración lograda de las fuerzas se desintegradiseminando las estructuras constitutivas mismas.

En la fase histórica-política-económica-cultural del sistema-mundo capitalista, que nosotros caracterizamos como la de la decadencia, es decir, el nihilismo consumado, parece observarse el fenómeno descrito hipotéticamente más arriba. Los Estado-nación, tanto dominantes como subalternos, parecen haber entrado a la fase de diseminación. Las mallas institucionales, que conforman al Estado, se han vuelto disfuncionales; dicho de manera rápida, ya no resuelven problemas, sino son parte de los problemas. Se puede deducir, entonces, en la hipótesis de interpretación, que las fuerzas constitutivas de las mallas institucionales se desarticularon; por lo tanto, que no consiguen integrar las fuerzas componentes; tampoco, en consecuencia, a la sociedad misma. Asistimos, entonces, a la diseminación misma de las mallas institucionales, que definieron un ciclo largo histórico-cultural, el de la modernidad.

Ahora bien, la diseminación de la que hablamos, se daría en el orbe mundial, como parece poderse describir, de diferentes maneras, singulares, dependiendo de las historias específicas, de los contextos regionales y locales, de los problemas que desafían a los estados; se daría lugar también, en diferentes ritmos y combinaciones. Sin embargo, lo que parece evidenciarse, independientemente de esta pluralidad diversa y de singularidades propias, es que todo el orden mundial participa de su propia decadencia, en la diseminación multiforme de la diseminación institucional generalizada.

Un síntoma claro de esta decadencia y de esta diseminación institucional parece presentarse en la proliferación extendida de las formas de poder paralelas, en la intensidad con la que atraviesan y comprometen a las instituciones y a los estados; incluso llegando a manejarlos desde la opaca clandestinidad en la que funcionan y operan. Los tráficos ilegales se han convertido ya en el mayor negocio mundial y de mayor movimiento dinerario, superando a los ritmos del comercio legal. El hecho de que el peso del movimiento de masas dinerarias se dé en el lado oscuro del poder, muestra patentemente que el mundo ha cambiado, por así decirlo, sustancialmente. Ya no podría explicarse solo observando el lado luminoso de la luna, sino se observa, al mismo tiempo, el lado oscuro de la luna. Es más, los fenómenos más insólitos acaecidos en la contemporaneidad, parecen, mas bien, ocasionados por las estructuras de poder del lado oscuro y de las formas paralelas, por la economía política del chantaje.

Estamos pues ante desenlaces políticos-económicos-culturales, que patentizan la decadencia global del sistema-mundo cultural y del sistema-mundo político; que evidencian la diseminación de las estructuras institucionales y la dispersión de las fuerzas constitutivas.

No escapa ningún Estado a esta decadencia, sea dominante o subalterno, sea central o periférico, se otorgue filiación republicana y democrática liberal o se otorgue filiación republicana socialista popular. Las interpelaciones entre estas versiones “ideológico”-políticas son solamente importantes para los escenarios dramáticos circunscritos al imaginario dualista; en otras palabras, son solo importantes para ellos, para la pareja amigos-enemigos, del esquematismo dualista, en función de su legitimación. El debate entre estas versiones “ideológicas” encontradas no explica ni aporta a la explicación del mundo efectivo, movido por la complejidad de los campos de fuerzas concurrentes.  Ambas “ideologías”, supuestamente contradictorias y antagónicas, se sostienen en diagramas de poder equivalentes, que suponen la separación de Estado y sociedad, convirtiendo imaginariamente, también jurídica y políticamente, al Estado en la síntesis política de la sociedad plural.  Por lo tanto, edificando estructuras de poder, que dominan sobre la sociedad y a nombre de ella, sea el discurso que sea, sea la “ideología” que sea.

El largo ciclo de la modernidad, se cuente desde el siglo XV o antes, incluso, si se quiere después, no importa, ha sido configurado por constelaciones de composiciones singulares, edificadas sobre la base de operaciones, prácticas, relaciones primordiales, de la economía política generalizada. Si bien, la conformación local, nacional y regional, han adquirido perfiles singulares y propios, de todas maneras, sostenidas en la pluralidad diversa de las composiciones complejas singulares de la economía política generalizada, integrando el sistema-mundo capitalista, ha conseguido estructurar sistemas-mundos componentes del sistema-mundo capitalista, como el sistema-mundo cultural, también como el sistema-mundo político. Así mismo, podríamos hablar, de sistemas-mundos paralelos, conformados por composiciones paralelas, por estructuras de poder paralelas, que atraviesan a los mundos citados, que conforman el lado luminoso del mundo efectivo. Tráficos ilegales, carteles ilícitos, circulaciones prohibidas formalmente, se habrían generalizado y globalizado, ocasionando la generalización y globalización de la economía política del chantaje.

Estamos en condiciones, teniendo en cuenta la interpretación especulativa expuesta, de proponer una tesis, sostenida sobre la base de las hipótesis interpretativas presentadas; tesis sobre la relación entre flujos, instituciones y diseminaciones, en la fase decadente de la modernidad y del capitalismo tardío.








Tesis de las diseminaciones institucionales

1.   Los flujos sociales son las fuerzas componentes de los espesores institucionales. Se asientan en la articulación de las fuerzas fundamentales; construyen estructuras operativas, que hacen funcionar a las instituciones.

2.   Estas fuerzas de los flujos sociales, que circulan haciendo funcionar a las instituciones, que orbitan alrededor de estos espesores organizados, son como capturadas y retenidas por las instituciones. En los momentos constitutivos, se da como un concierto entre fuerzas sociales inducidas a la circulación interna de las instituciones, inducidas a orbitar alrededor de ellas, cumpliendo reglamentos, normas y leyes dictadas; incluso cierta tolerancia con las fuerzas que escapan a la captura y al control institucional. Sin embargo, esta paz no puede ser permanente. No se puede capturar persistentemente a fuerzas de flujos sociales, no se las puede obligar a orbitar alrededor de las instituciones invariablemente, y las fuerzas en flujos de fuga no permanecerán inmutablemente fuera del alcance institucional, tolerando sus controles, vigilancias, dispositivos disciplinarios y administrativos. En cualquier momento, congregaran sus fuerzas, no solo para defenderse, sino para desmantelar las maquinas fabulosas del poder.


3.   Si bien no se puede trazar un itinerario general, un modelo de comportamiento de las curvas de ascenso y descenso de las instituciones, pues las trayectorias son distintas y singulares, se puede apreciar que la desarticulación parece comenzar antes en las instituciones mismas, en los estados. La desintegración de las estructuras operativas parece comenzar antes en estas mallas institucionales; después, parece seguir, como consecuencia, la deslegitimación política de los estados, que evidencian problemas de legitimación. Situación que genera condiciones críticas, de tal manera que las instituciones, los agenciamientos de poder, las máquinas de captura,  ya no pueden mantener las órbitas de los flujos sociales, que circulan alrededor; tampoco pueden mantener alejadas a las fuerzas de los flujos sociales nómadas. El tercer momento, parece ser la diseminación generalizada de la sociedad institucionalizada, dando lugar, abiertamente, a la emergencia extendida de las sociedades alterativas.

4.   Si los flujos sociales son los constructores de los espesores institucionales, si parte de estos flujos terminan capturados, generando el funcionamiento y la reproducción institucional, otra parte se encuentra como atraída a genera órbitas  alrededor de las instituciones, en tanto que otra parte escapa al control y a la captura institucional, entonces, cuando las instituciones no puede mantener la captura, cuando no pueden inducir órbitas de flujos sociales, tampoco pueden mantener alejados a los flujos sociales nómadas,  los espesores institucionales se desintegran, a un ritmo lento o, mas bien, rápido.


5.   Las fuerzas no retenidas en las instituciones, de acuerdo a sus estructuras normativas y regulativas establecidas, terminan absorbidas por otras formas de captura; esta vez, no institucionalizadas, de las formas paralelas de poder. También son afectados los flujos sociales que orbitan alrededor, son incluso incorporados a las composiciones del lado oscuro del poder.

6.   Como se puede ver, la incidencia llega a ser mayor de parte de las composiciones de las estructuras de poder paralelas. Cuando esto ocurre, las instituciones formales solo son una pantalla para el público, cuando lo que efectivamente mueve ya a las instituciones formales son los códigos y las reglas del juego del lado oscuro del poder.


7.   La diseminación institucional concurre de manera generalizada, configurando formas singulares de decadencia.

8.   La diseminación institucional no deriva en la nada, ni en el caos imaginario, sino en formas organizacionales de la economía política del chantaje. Los carteles, las mafias, las composiciones y estructuras traficantes, ocupan el lugar vacío dejado por las instituciones formales.


Flujos, instituciones y diseminaciones

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