¿Qué gobierna?
Raúl Prada Alcoreza
La pregunta es importante, pues no dice quién, sino qué. A estas alturas de la experiencia
política de la modernidad, sería
inocente preguntar quién. Los quiénes solo pueden creer que lo hacen,
que gobiernan, cuando, en realidad, forman parte de los engranajes de las fabulosas maquinarias de poder. La pregunta, que
parece correcta, es ¿qué gobierna?
No es ciertamente una máquina, sino un conjunto de
máquinas vinculadas, unas veces, todas, otras veces, parcialmente,
dependiendo. Máquinas abstractas del poder; empero, hechas posible por constelaciones de agenciamientos concretos de poder, las instituciones. Afectando específicamente a los cuerpos y sus comportamientos.
Constituyendo subjetividades, que la formación
discursiva humanista llama sujetos.
Los que creen que gobiernan y los que
creen que los gobernantes gobiernan
tienen una concepción no solo antropocéntrica de los campos de las relaciones de fuerza, que generan dominaciones, sino una concepción
ingenua del ejercicio del poder.
Las relaciones
de fuerzas, si bien son establecidas por humanos, no son gobernadas por ellos, por más que lo
crean así y hayan elaborado teorías
al respecto. No es que están atrapados por instintitos
y pasiones desbordadas, como
otras interpretaciones así lo han sugerido; aquellas tipificadas como irracionalistas o, en su caso, otras fatalistas y dramáticas. Nada de esto. Sino que las fuerzas, como tales, como flujos,
como composiciones de vibraciones de cuerdas, como combinaciones de composiciones, así como energías,
son las que se asocian y conforman composiciones y combinaciones de composiciones,
que hacen a los espesores que
conocemos. En las sociedades humanas,
estos espesores son las instituciones, que hacen a las estructuras mismas sociales. Entonces,
para decirlo metafóricamente, jugar con
las fuerzas es jugar con fuego.
La historia
de las sociedades, que han generado máquinas
de poder, que han construido estados,
en el sentido amplio, que han formado imperios,
se han ilusionado, no sin cierto acierto parcial, de que capturaban,
controlaban, administraban y manejaban las fuerzas
sociales, nos muestra que esta creencia no es adecuada. El capturar, el
controlar, el administrar y el manipular las fuerzas, solo se efectúa sobre un espesor parcial de las fuerzas,
sin saber qué pasa con el resto. Es más, esta captura, control y manejo de las
fuerzas, se lo hacía y se sigue haciéndolo, sin conocer las dinámicas y mecánicas efectivas de las fuerzas en los distintos campos definidos. Por lo tanto, hasta
cierto punto se capturan, se controlan y manipulan las fuerzas; después de ese punto, son las lógicas inherentes y dinámicas
propias de las fuerzas las que
orientan el desenvolvimiento de las fuerzas
y los desenlaces que provocan en distintos escenarios.
El ascenso y
descenso de los imperios parece depender,
efectivamente, de las dinámicas de las complejidades
integrales y singulares de los espesores
de flujos de fuerza, que no controlan ni conocen las sociedades humanas. Se
han explicado estos decursos como resultados de determinaciones económicas, en el caso de las teorías economicistas;
de determinaciones culturales, en caso de teorías histórico-culturales y
político-culturales. Se han introducido, en algunas de estas corrientes, el
factor hipotético de la evolución; en
fin, se han explicado los decursos
históricos de las instituciones
políticas por estructuras edificadas
por las sociedades; estructuras, que
supuestamente, controlan y gobiernan. Todas estas teorías, aunque hayan
enseñado descripciones iluminadoras sobre las sociedades y sus historias culturales, políticas y
económicas, no han podido dar cuenta de la complejidad
de los flujos de fuerzas y de su potencia contenida.
Las interpretaciones
de las sociedades antiguas, incluso
de las sociedades contemporáneas, por
más ricas que sean en descripciones,
basadas en registros, archivos e innumerables fuentes, admirablemente
conjugadas, no dejan de ser explicaciones “ideológicas”. Sobre todo, atrapadas
en los esquematismos dualistas y linealistas, además de deterministas, de la episteme moderna. No podía ser de otra
manera, pues la mirada moderna es
sesgada, se circunscribe en la mirada
humana, con todas las variedades del caso, con todas las aproximaciones
minuciosas que puedan darse. El mundo
efectivo, en el que vivimos, sin hablar del universo o de los universos en
los que nos encontramos, no se reduce ciertamente a los entornos de las
sociedades humanas, comprendiendo también a los espacios donde se aposentan,
creyéndose centros.
Las sociedades
humanas no son centros, sino
parte de ecologías. Al considerarse centros pierden perspectiva y se embarcan en la ilusión
de sus imaginarios, colocando
peligrosamente a las sociedades en una situación difícil e inapropiada, al no
contar con buena información y sobre todo perspectiva.
Una cosa es tener abundante información, también procesar esta información
técnica y teóricamente, y otra cosa es contar con la información pertinente a
la complejidad del mundo efectivo; es
decir, del conjunto de sus fuerzas, flujos y energías intervinientes.
Seguramente, en aquellos tiempos, que la episteme
moderna considera pasado, no se
requería contar con esta información sobre la complejidad y desde la perspectiva
de la complejidad; en cambio, ahora, el horizonte
de las problemáticas que se afronta, demanda la perspectiva de la complejidad. Se entiende esto, dados los horizontes en los que se movían esas
sociedades antiguas, incluso, en una primera etapa, la sociedades modernas,
también quizás las sociedades
contemporáneas, hasta entrado parte del siglo XX, quizás la mitad; empero,
a partir de los problemas emergidos mundialmente y en cada país, en la historia reciente, se puede constatar
que la perspectiva dualista en la que
se mueve la episteme moderna es
insuficiente y limitada. No aporta para la comprensión
de la complejidad ni para avanzar
en la resolución de los problemas que
se enfrenta. Si se quiere sobrevivir
como sociedades humanas, es indispensable
desplazarse a horizontes mucho más
amplios y abiertos, que permitan visualizar las relaciones complementarias de las sociedades humanas con las sociedades
orgánicas, así mismo con las sociedades
no consideradas orgánicas por el lenguaje biológico. Es más, es menester comprender las vinculaciones con los flujos de fuerza del universo, en las distintas escalas, con las fuerzas fundamentales del universo y con
las energías.
Para tal efecto, respecto a los desplazamientos epistemológicos hacia la perspectiva de la complejidad, son necesario nuevos descentramientos. Los descentramientos
notorios, de impacto en las perspectivas
humanas y, por ende, en sus teorías,
fueron, entre otros, en la historia
moderna, el descentramiento del
modelo del cosmos diseñado por Claudio Ptolomeo; cosmos concéntrico, que coloca a la Tierra en el centro del cosmos, como lugar
privilegiado de la creación de Dios. Así también el descentramiento de imaginarios,
que la antropología inicial consideró animistas,
añadiendo a la lista, los imaginarios
mitológicos y religiosos. Lo que
dio lugar a la observación más minuciosa y acuciante del universo, buscando en sus movimientos, regularidades y formas, razones
generalizables del comportamiento de la
materia. El sisma de la física, con el desplazamiento
epistemológico producido por la física
relativista y la física cuántica,
descentró la perspectiva dualista del
espacio y el tiempo, perspectiva esquemática, que dio lugar a la crítica de la razón pura de Emmanuel
Kant. Para decirlo fácilmente, el descentramiento
del espacio y del tiempo, dos condiciones de
posibilidad subjetivas del conocimiento
y la experiencia, según Kant,
ocasiona el derrumbe de las narrativas
históricas con pretensiones científicas, de las narrativas evolutivas con pretensiones de ley de la vida. En
consecuencia, el derrumbe de todas las “ideologías” que se basan en estos substratos epistemológicos.
La metáfora del tejido
espacio-tiempo nos asombra y seduce por las connotaciones interpretativas,
fuera de las impactantes teorías físicas
contemporáneas, la de la relatividad,
restringida y ampliada, las teorías
cuánticas y la teoría de las cuerdas.
Una de estas consecuencias tiene que ver con la tesis de la simultaneidad del espacio-tiempo. Por lo tanto, de la dinámica de la complejidad integral del universo,
en sus distintas escalas. Entonces, parece urgente elaborar otras interpretaciones, a partir de estos desplazamientos, de nuestra presencia en el mundo efectivo y el universo. Sobre todo, teniendo en cuenta
nuestras vinculaciones y conexiones con los seres
del universo, vinculaciones, conexiones, condiciones de posibilidad existencial, que nos preceden, nos
atraviesan y nos exceden. ¿Cómo interpretarnos a partir de estas condiciones de posibilidad y
vinculaciones materiales, energéticas y corporales?
Volviendo al asunto del poder, propondremos una hipótesis
interpretativa, que nos ayude a salir de los esquematismos duales de las teorías
modernas sobre el poder, para
decirlo de manera general. Esta hipótesis
dice que las sociedades humanas
hurgan fuerzas que no conocen ni
controlan, aunque aparentemente, por lo menos, por un periodo, parece que
manejaran técnicamente. Las fuerzas
desatadas, hurgadas, manipuladas, pueden favorecen, en una primera instancia, a
las sociedades humanas; empero, en la medida que estos flujos de fuerzas y energías exceden a las capacidades humanas,
terminan no solo desbordándolas, sino arrastrándolas en decursos que no desean.
La ilusión
humana de capturar, controlar, administrar las fuerzas, a su antojo, tiene que ver con la pretensión “ideológica”
antropocéntrica de que el hombre domina a
la naturaleza; prejuicio moderno de las dominaciones y de los poderes
construidos. El hombre no puede dominar las fuerzas que lo han creado. Al ser una composición de estas fuerzas,
está embarcado, por así decirlo, en los decursos, que nos parecen contingentes,
de estas fuerzas.
Por lo tanto, no solo no puede dominar fuerzas que lo han creado,
sino que no se trata de conocer sus regularidades y comportamientos
materiales, pues solo se los puede conocer parcialmente, sino se trata de comprender la complejidad, que implica, también, comunicarse con los seres
de la complejidad integral y dinámica del universo.
En lo que respecta a la genealogía del poder, a las problemáticas
que desata el poder, los estados, los
gobiernos, las organizaciones internacionales, el orden mundial, no controlan
las fuerzas del mundo efectivo. Solo capturan una parte de las fuerzas y se ilusionan
que controlan, administran y manipulan a la totalidad de las fuerzas. Si en un principio parecen
encaminarse y organizarse, en relación a las fuerzas capturadas, en la medida que los procesos se desenvuelven, aparecen los desbordes de las fuerzas y los límites claros de las instituciones
sociales y sus saberes.
Las sociedades contemporáneas han construido fabulosas
máquinas de poder y máquinas de guerra, con alcance de
destrucción masiva. Estas máquinas,
que son, ciertamente, tecnologías humanas,
sean tecnologías sociales o tecnologías en estricto sentido, no son
del todo manejadas por los técnicos, ingenieros, administradores, funcionarios,
gobernantes, sino, al contener y estar alimentadas por las energías y las fuerzas
fundamentales, que componen otras fuerzas
dinámicas, son también conducidas por las lógicas de estas fuerzas y estas energías. Por otra parte, al convertir sus máquinas en fetiches, en fines
en sí mismos, dejando de ser instrumentos,
las sociedades humanas terminan
atrapadas en la vorágine de estas máquinas
de poder y máquinas de guerra,
que se convierten en máquinas de muerte.
Los gobiernos,
si bien gobiernan en el corto plazo,
incluso, alargando, en el mediano plazo, no lo hacen en el largo plazo, en el
largo ciclo. Los gobiernos son gobernados por las máquinas de poder y las máquinas
de guerra, que han construido; son gobernados
por las estructuras de poder, que han
generalizado y globalizado. Arrastrados por el sentido maquínico y corporativo de las mallas institucionales, que no sirven como lo que son,
instrumentos, sino que se han convertido en los monstruos que dirigen a las sociedades humanas. Lo peor, es que
parece que las máquinas arrastran a
las sociedades humanas a su propio
suicidio.
Un ejemplo, un caso, la corrosión
institucional en un Estado subalterno
El gobierno
populista se considera, a sí mismo, la “vanguardia” de un “proceso de
cambio”. Cree participar de una larga lucha de los pueblos colonizados contra
el “imperialismo” renovado. Se asume como un gobierno de la “revolución
democrática y cultural”, que practica la descolonización con sus políticas
promulgadas. También considera que ha instaurado el Estado Plurinacional Comunitario
y Autonómico, como manda la Constitución. Se auto-identifica como “gobierno
indígena” y “gobierno de los movimientos sociales”. Además, mostrando
estadísticas, que de interpretan como que los cambios están verificados y constatados.
Todo esto son, para no ser más crudos, pretensiones,
si se quiere, intenciones, o, más suavemente, interpretaciones oficiales de lo que ocurre. Pero las interpretaciones, incluso las más
adecuadas, no hacen al mundo efectivo;
son eso, interpretaciones,
orientaciones, para actuar en la llamada realidad, que es sinónimo de complejidad. El gran contraste entre lo
que dice el gobierno y lo que ocurre, muestra, por lo menos, que el gobierno no
controla el decurso dramático del proceso de cambio. En consecuencia, no gobierna.
Otra vez, ¿qué gobierna? No vamos a hablar de conceptos abstractos como diagramas de poder, cartografías de fuerzas, estructuras
de dominación, locales, nacionales, regionales y mundiales; es
indispensable describir, por lo
menos, bosquejar, el perfil de formaciones concretas de poder, contemplando sus dinámicas de fuerzas. Tomando como síntomas puntuales ciertos casos ilustrativos de lo que ocurre, se puede
sugerir estos perfiles, por lo menos,
a la manera de boceto.
Hipótesis interpretativas de un
perfil del poder en Bolivia
1.
Se
trata de un amarre de redes o mallas
de estructuras de poder, que se
presentan a nivel local, a nivel nacional, a nivel regional y a nivel mundial.
2.
En
un mundo globalizado, la incidencia
mayor, en el nivel local, nacional y regional, viene del sistema-mundo capitalista, que contiene al sistema-mundo cultural y al sistema-mundo
político, es decir, al orden mundial.
3.
Sin
embargo, las estructuras de poder
regional, nacional y local, inciden en dar forma
singular a las composiciones de
los diagramas de poder y las relaciones de fuerza, así miso, a las estructuras de dominación específicas.
4.
En
el mundo efectivo, los ámbitos del
poder no solo se mueven en los espacios
institucionalizados, en los estados,
en las mallas institucionales legales
y formales, en otras palabras, en el lado
luminoso del mundo efectivo, sino
también en los espacios no
institucionalizados, en las formas de
poder paralelas, correspondientes a la economía
política del chantaje, en otras palabras, el lado oscuro del mundo efectivo.
5.
El lado oscuro del poder, que también tiene
sus niveles locales, nacionales, regionales y mundiales, incide en los
decursos, en los desenlaces, en los comportamientos de autoridades y
gobiernos. Cuando ingresamos a la fase
del dominio del capitalismo especulativo financiero, se desatan las posibilidades
de expansión de las estructuras de poder
paralelas, que invaden, de manera más expansiva y demoledora que antes, a
la estructura institucional del
Estado.
6.
Entonces,
el ejercicio efectivo del gobierno no corresponde al gobierno de turno, a los gobernantes, con nombre y apellido,
odiados o queridos; los estados son pantalla, los gobiernos son mampara y los
gobernantes tristes fantoches de juegos
de poderes maquínicos.
Descripciones alusivas
El caso de las barcazas
Un resumen del caso lo hace Amalia Pando en la
introducción a su artículo sobre el tema:
La fraudulenta compra de
barcazas por ex autoridades de la Empresa Naviera Boliviana (Enabol) ha causado
un gran daño económico al Estado boliviano y ha puesto al desnudo la
negligencia e ineptitud de la burocracia gubernamental carcomida hasta el
tuétano por la corrupción.
Hace
casi 6 años Enabol compró 16 barcazas y dos remolcadores a empresas chinas, les
pagó por adelantado el 100% del costo (pese a que las normas lo impiden),
también pagó por adelantado el costo del transporte de las naves desde China
hasta el Puerto Rosario en Argentina, pero hasta el día de hoy el país no ha
recibido ni una sola nave. Para colmo, los tres millones de dólares cancelados
por el servicio de transporte habrían ido a parar a cuentas personales[1].
En más de un quinquenio se sufre la contratación
fraudulenta de la compra de barcazas, a ser construidas, con la consecuente
desaparición de un poco menos de la cuarentena de millones de dólares. El
gobierno, en sus atolondradas explicaciones, no da pie con bola. Tampoco, como
es de esperar, asume sus responsabilidades,
contentándose con acusar a intermediarios de las negociaciones.
Sería no solo muy inocente quien creyera en semejantes
explicaciones, que no logran armar el rompecabezas, sino hasta pecaría de
complicidad, sino es de estupidez. Un contrato de la magnitud de la compra de
barcazas, no solamente por el monto, sino por su incidencia estratégica en
Puerto Busch, trayendo como consecuencia anunciada efectos multiplicadores, no
escapa, de ninguna manera, a la administración, control y decisión de los altos
jerarcas del gobierno. Es pues sorprenderte que todavía, tanto en los medios de
comunicación como en los medios políticos, haya dudas sobre esto. Esto no solo
evidencia su ingenuidad, sino su complicidad.
Hasta la fecha, después de seis años, el gobierno no
solamente no explica, sino no asume ninguna medida pertinente, al respecto, en un
escándalo tan grotesco como éste. ¿Cree
que se puede ventilar el caso, ganando tiempo y adormeciendo las mentes? Si es así tiene una concepción tan
extravagante de la política, que confunde astucia con delito.
Esta es una muestra sintomática del gobierno maquínico efectivo de las estructuras de poder mafiosas,
incrustadas ya en las estructuras
institucionales de los países.
El caso de los megaproyectos
También recurrimos al resumen que hace del tema Amalia
Pando en su artículo sobre el lamentable y gigantesco desfalco a las arcas del
Estado:
El primer contrato suscrito por el gobierno de Evo
Morales con la empresa China National Construction and Agricultural Machinery
Import and Export Corporation (CAMC) en mayo de 2009 es un ejemplo
paradigmático de la desprolija e irregular conducta del Estado boliviano al
momento de hacer negocios con empresas extranjeras. Este contrato en
particular, plagado de irregularidades, a cuál peor, pone al descubierto la
manifiesta voluntad del presidente Evo Morales y de su entorno político y
familiar de favorecer a la empresa privada china CAMC[2].
La autora continúa:
El 28 de mayo de 2009, YPFB
y CAMC firman un contrato para la provisión de equipos y materiales nuevos y
salidos de fábrica para la instalación de redes de gas por un valor de 60
millones de dólares, teniendo como antecedente un contrato firmado el 17 de agosto
de 2004, en el gobierno de Carlos Mesa. Ambas partes se declaran satisfechas
con el cumplimiento de dicho contrato y deciden dar continuidad al “mismo
sistema de cooperación”.
El 2 de diciembre de 2009,
el gobierno boliviano firma el contrato de financiamiento de un crédito de 60
millones de dólares con Exim Bank para la adquisición de los equipos a CAMC, y
el 30 de diciembre de 2009 promulga la Ley 4149 de aprobación del crédito.
Nueve meses después, YPFB y CAMC modifican sustancialmente el objeto del
contrato.
El 10 de septiembre de
2010, YPFB y CAMC firman la primera enmienda del contrato N. 2009
AM420-016-YD201 modificando el objeto del mismo: la provisión de tres equipos
de perforación nuevos y salidos de fábrica en lugar de equipos para la instalación
de redes de gas. Como justificativo, Yacimientos alegó que, tras revisar
otras ofertas, desestimó la propuesta de CAMC porque era muy alta, y entonces
optó por comprar tres perforadoras.
Y otra vez YPFB, sin
revisar precios ni comparar ofertas de otros proveedores, adjudicó el contrato
a la china CAMC, que era buenísima para fabricar equipos y tuberías y ahora
para fabricar perforadoras, y entonces la empresa china acomoda precios para
que las perforadoras cuesten los 60 millones del primer contrato.
La primera enmienda fue
suscrita nueve meses después de la firma del contrato original, sin que haya
llegado al país ni el primer tornillo de los equipos para la conexión de redes
de gas. En vez de sancionar a la CAMC por incumplimiento de contrato, el
gobierno la premió adjudicándole el nuevo contrato para la provisión de tres
perforadoras.
El negocio entre YPFB y
CAMC se paralizó por casi un año mientras el gobierno boliviano intentaba
convencer al financiador Exim Bank de cambiar el objeto del contrato. El
presidente Evo Morales resolvió el asunto personalmente viajando a China en
agosto de 2011 para negociar con el Exim Bank.
El jueves 11 de agostode
2011, el Primer Mandatario sostuvo un encuentro con ejecutivos del Banco de
Desarrollo de China en Beijing y el mismo día el Congreso boliviano aprobó el
nuevo contrato con Exim Bank mediante Ley 740, al tiempo que abroga la Ley 4149
del 31 de diciembre de 2009. Este nuevo contrato con el Exim Bank solo hace
referencia al contrato suscrito por YPFB y CAMCE y a su primera adenda, de tal
modo que todo queda oleado y sacramentado por orden de las más altas esferas del
gobierno de Evo Morales[3].
Contratos millonarios con una empresa china, en rubros
estratégicos, contratos adjudicados, en su mayoría por asignación directa,
evidencian la escalada de la corrupción a niveles muy altos y destructivos.
Ninguno de los contratos ha sido concluido exitosamente, algunos ni siquiera
han comenzado, sin embargo, se adelantaron los pagos, no se cumplieron, en la
mayoría de los casos, con las boletas de garantía; mucho menos con las normas
de contratación de bienes y servicios. Lo mismo que antes, en el ejemplo
anterior, éste es un caso que es síntoma
de la decadencia política y gubernamental,
así como de la muerte del proceso de
cambio. La diferencia es que se
trata de una magnitud abismalmente más grande, dentro de los mil millones de
dólares, y de tratarse de megaproyectos de impacto estratégico mayor. Como
estos mega-proyectos no se han realizado, entonces el impacto es negativo,
destructivo, con la misma intensidad si hubieran sido realizados, solo que en
sentido contrario[4].
El gobierno cree poder ventilar el caso, mucho más
lamentable y escandaloso que el anterior, mareando la perdiz. Solo en el
discurso, poco “objetivo” y escasamente profesional del Fiscal General, se
puede escuchar que la responsable de todo esto es una muchacha adolescente, que
sedujo al presidente, con quien tuvo un hijo, al parecer; que se aprovechó de
la confianza de avezados políticos, curtidos en sus andanzas. La misma
interpretación miserable del Fiscal General y los comentarios infames de las
intervenciones sórdidas de los ministros oficiosos manifiestan los niveles de decadencia a los que se ha caído.
Claramente, el gobierno
no gobierna y, aunque se lleve parte de la jugosa coima, de operaciones
internacionales de gran magnitud, tampoco es el que más se enriquece. Son las estructuras de poder paralelo y los circuitos de la economía política del chantaje, las que lo hacen, que al parecer ya
penetran, increíblemente, al mismo Estado Chino, que ha sido un ejemplo de
lucha antiimperialista en la época de Mao Zedong.
Caso de la Ley Minera
Recurrimos a una cita del ensayo Cartografías histórico-políticas, donde analizamos críticamente e
interpelamos la Ley Minera del
“gobierno progresista” de Evo Morales Ayma:
La
Ley Minera, aprobada en la Cámara de Diputados, está en el ojo del huracán,
después es cuestionada por los cooperativistas mineros, a pesar de haberla
consensuado con los obreros mineros sindicalizados y el ejecutivo. El
desacuerdo tiene que ver con el artículo 151 que, en el proyecto de Ley
consensuado, otorgaba atribuciones de asociación, de libertad de contratos con
terceros, a las empresas cooperativas con otras empresas del rubro, sobre todo
con aquellas que cuentan con disponibilidad de capital. Artículo que
contraviene de pleno la Constitución, convirtiendo a las empresas cooperativas
abiertamente en empresas privadas – antes lo hacían subrepticiamente -, en
empresas capitalistas autónomas, capaces de incursionar, como el Estado, en
exploración, explotación a gran escala, incorporando la tecnología devastadora
que ahora se emplea en la minería por parte de las empresas trasnacionales
extractivistas. Los cooperativistas mineros se lanzaron a la ofensiva,
defendiendo el artículo 151, revisado por la Cámara de Diputados, exigiendo se
vuelva a la redacción consensuada.
No
solamente este artículo vulnera la Constitución, sino toda la Ley Minera[5]. Esta Ley, elaborada
por un gobierno progresista, retrocede incluso, en comparación, de lo que
todavía contiene como defensas públicas, con respecto al anterior Código
Minero, elaborado, nada más ni nada menos, por los gobiernos neoliberales. Los
populistas se atreven hacer cosas que ni los neoliberales se atrevieron. El
gobierno reformista convierte a Bolivia en un paraíso fiscal para las empresas
trasnacionales extractivistas y depredadora. Este es el “antiimperialismo”
efectivo que practican estos gobiernos progresistas. Se entregan los recursos
minerales a manos llenas a la vorágine capitalista de las empresas trasnacionales;
las empresas cooperativas son sólo intermediarias, así como las empresas
públicas también lo son, aunque en distintas condiciones. Las empresas públicas
de la minería y las empresas cooperativas mineras son intermediarias en la
explotación extractivista de los recursos naturales de los bolivianos,
explotación no consultada al pueblo, a pesar que la Constitución establece el
sistema de gobierno de la democracia participativa. En la cadena de la
acumulación ampliada de capital, estas empresas sólo acceden a una parte mínima
del plusproducto y de la plusvalía, incluso teniendo en cuenta las
nacionalizaciones.
Como
nunca antes el gobierno, la Asamblea Legislativa, la Federación Sindical de
Mineros, la COB, la Federación Nacional de Cooperativas Mineras, regalan el
agua a las empresas extractivistas, les abren las compuertas normativas,
legales y reglamentarias para desviar los cursos de los ríos y de las otras
formas de cursos de aguas. Sólo establecen procedimientos burocráticos para
habilitar esta usurpación del bien común, del bien vital, de los ciclos de la
vida vinculados a los cursos y ciclos del agua. Contraviniendo violentamente la
Constitución, los derechos fundamentales, los derechos de los pueblos y las
poblaciones, los derechos de la madre tierra. Haciendo desaparecer, en la
práctica, la Consulta con Consentimiento, Previa, Libre e Informada.
Una
Ley concebida como dispositivo represivo contra toda protesta y toda
movilización en defensa de los recursos naturales, los recursos minerales, los
derechos de los bolivianos, los derechos de las naciones y pueblos indígenas
originarios. Es una Ley que criminaliza la protesta.
¿Cómo
se ha llegado a semejante descarnada violencia contra el pueblo y la
Constitución? ¿Qué hay detrás? ¿Qué hay en los entretelones? Esta conducta
descomedida sólo es explicable por corrosión institucional, por corrupciones
calamitosas, a todo nivel. Esta gente ha comprometido los recursos, la
soberanía del Estado-nación, pues no es un Estado plurinacional, entregando el
subsuelo a la lógica destructiva extractivista, a la acumulación de capital por
despojamiento y desposesión. Lo ha hecho arteramente, ocultando la elaboración
de la Ley, elaborándola en secreto, consensuando entre amigos, para dar el
golpe al pueblo azorado y sorprendido. Este delito está tipificado en la
Constitución, se llama traición a la patria[6].
En un país de preponderante economía minera en su estructura
productiva, durante gran parte de sus ciclos económicos, en un país de
revoluciones y nacionalizaciones de los recursos naturales, sobre todo mineros
e hidrocarburíferos, en un país que cuenta con una Constitución que establece
el Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico como mandato, además que
define el carácter de los recursos
naturales como no mercantilizables
y destinados al vivir bien, fuera de
prohibir la exportación de materias primas, el promulgar una Ley Minera que va
en contra de la Constitución, en contra de la independencia económica del país,
perpetuando, más bien, su condición colonial y dependiente, evidencia el dominio del sistema-mundo capitalista, de sus estructuras operadoras hegemónicas, como son las empresas trasnacionales extractivistas y
el sistema financiero internacional.
El gobierno no gobierna, solamente es
un agente de la geopolítica del sistema-mundo capitalista y de los monopolios de las empresas trasnacionales, aunque tenga un discurso delirante, que se
desgarra las vestiduras, pretendiéndose “anti-imperialista”.
[1]
Ver de Amalia Pando Las aventuras del Presidente y
los chinos. Capítulo 2: Las barcazas
Leer más: http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/las-aventuras-del-presidente-y-los-chinos-capitulo-2-las-barcazas/.
Leer más: http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/las-aventuras-del-presidente-y-los-chinos-capitulo-2-las-barcazas/.
[2] Ver de Amalia Pando Las aventuras del Presidente y la china CAMC. Capítulo 1: Las perforadoras
Leer más: http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/las-aventuras-del-presidente-y-la-china-camc-capitulo-1-las-perforadoras/.
Leer más: http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/las-aventuras-del-presidente-y-la-china-camc-capitulo-1-las-perforadoras/.
[3] Ibídem.
[4] Ver de Raúl Prada Alcoreza Cuando ya nada importa, solo
el poder.
Leer más: http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/cuando-ya-nada-importa-solo-el-poder/.
Leer más: http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/cuando-ya-nada-importa-solo-el-poder/.
[5]
Ver de Raúl Prada Alcoreza La
tormenta minera. Rebelión; Madrid 2014.
Bolpress; La Paz 2014. Dinámicas moleculares,
http://pradaraul.wordpress.com/2014/04/01/la-tormenta-minera/.
[6] Ver de Raul Prada Alcoreza Cartografias histórico-politicas. http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/cartografias-historico-politicas/.
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